28 de diciembre de 2019

2010-2020: El final de una década impensada

Siempre tuve como premisa que los posteos de este blog deben ser de interés público, y para que ello ocurra es necesario abordar temas que preocupan a la gente o que son motivo de debate. Me suele pasar que, habiendo transcurrido casi 15 años de la primera nota, cuesta no repetirse involuntariamente. Los primeros años me refería a cuestiones que me interesaban solamente a mí o un grupo reducido de personas. Pero eso fue cambiando, porque mis inquietudes e ideas son otras. Ultimamente me está costando bastante hacer un análisis político porque me siento un poco agobiado ante la cruda realidad: por momentos pienso que estos tipos son peor que Macri, y en otras ocasiones creo que Fernández está haciendo las cosas del modo correcto. La palabra "ajuste" seguirá existiendo en el léxico del argentino promedio aunque ya no sea mencionada por los medios masivos.

Es fácil hacer un ajuste cuando congelás las jubilaciones y exceptuás a los legisladores, judiciales, y diplomáticos. Ellos son los que más ganan, y parece que no hubo una decisión política de empezar desde cero, y que la ley sea igual para todos. Si te jubilaste con la mínima te dan un bono de 5.000 pesos, si ganás 1 peso más que el haber mínimo no te corresponde ningún beneficio. Por otra parte, hoy nadie va a ahorrar e invertir en un plazo fijo, porque las tasas de los bancos bajaron considerablemente. La pregunta que me hago es cómo le van a pagar la deuda al FMI y a los bonistas: está bien decir para la tribuna que no se va a pagar a costa del sufrimiento de la gente, pero la realidad es que estamos en un virtual default y bajo estas condiciones nadie invertirá un peso en el país.

¿Qué nos queda por decir sobre este 2019 que no hayamos dicho antes? Muy poco, tal vez. Y sin sonar contradictorios, también podríamos afirmar con propiedad que quedaron demasiadas cosas sin decir. Este no es un blog informativo, y los lectores lo saben, hay muy buenos sitios donde informarse y no me parece relevante crear uno más. Pero traté de ir relatando el pulso de la sociedad, desgranando lo que iba pasando y cómo reaccionábamos ante diferentes situaciones que en muchos casos eran inesperadas. Cambié hábitos que no me hacían bien, reconstruí amistades, forjé nuevos lazos, cumplí 40, casi la mitad de mi vida. Lo importante es ser protagonistas, no meros testigos contemplativos y pasivos de lo que ocurre. Y cuidar nuestra salud mental, porque el bocho tiene muchos vericuetos y hay que programarlo como si fuera un disco rígido.  

Durante estos doce meses escogí los hechos que concitaron mi atención y mi interés y los retraté buscando ser creativo, lo cual quizás no lo he logrado del todo. Ahora, cuando falta un día para que termine el año, creo que la decisión fue acertada. Hablar de música o de las costumbres de antaño, cuando la vida parecía más sencilla, no representa un escapismo, sino parte de la sentimientos que me surgen en contraste con el presente. Esto no significa que de vez en cuando no haya pinceladas de la realidad cotidiana. Al fin y al cabo, siempre es preferible lo heterogéneo a lo chato y acartonado. Ser consciente de lo que uno está haciendo (y esto incluye escribir) es fundamental para aportar claridad en lo que se pretende expresar. No sé cómo me encontrará el 2020. Todo tenemos un grado de incertidumbre ante "lo que vendrá", y más aún en un país como Argentina, donde no sabés con qué noticia te vas a despertar mañana. En mi caso, trato de no hacer conjeturas ni especulaciones y les recomiendo no hacerlas, porque depositar demasiadas expectativas en 365 días no conduce a ningún resultado. Hay proyectos que lleva toda una vida concretarlos y que no se pueden medir simplemente con hojas de almanaque. Hay sueños, ilusiones, esperanzas, que van más allá de lo temporal. Ojalá las metas más modestas y esenciales, como acceder a un trabajo, puedan concretarse en un país que está por concluir una década bastante desigual. Punto final. 

Costillas

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