22 de mayo de 2022

Te hacen falta vitaminas

(El título de esta nota no tiene nada que ver con el contenido de la misma, fue elegido totalmente al azar)

Aunque no soy científico ni tengo la menor idea de la física cuántica, siempre concebí al tiempo como un fluir lineal. De hecho, la idea del tiempo lineal (y no circular) es lo que define la era moderna.

 Podríamos pensar en cualquiera de esos antiguos cassettes de audio o video, que solíamos usar y que parecen haberse puesto de moda otra vez. A diferencia de ellos, no podés rebobinar ni adelantar hasta la canción que más te gusta o buscar un determinado fragmento de la película. Sólo podés darle play y esperar que la cinta siga corriendo. Claro que, en algún momento, la reproducción de cassette llega a su fin, entonces la tecla de play salta, y sólo queda el silencio de algo que ya fue. Muy parecido a aquella frase del decir popular: "Te queda poco hilo en el carretel". 

Nuestra mente sí tiene la capacidad de rebobinar (léase recordar) o proyectar, pero sea como fuere, seguimos dejándonos llevar por el presente. Yo tengo 42 años, y he consumido o "gastado" casi la mitad de mi vida (en el supuesto de que tenga la suerte de llegar a los 84). Otra parábola podría ser la siguiente: Si hay un apagón y te quedás a oscuras, encendés una vela, pero si no vuelve el suministro en un corto plazo, vas a notar enseguida cómo esa vela progresivamente va reduciendo su longitud, porque la cera o el sebo se van derritiendo con el mismo calor de la llama. La vida es eso, una vela que se encendió cuando naciste y que no podés determinar cuándo se va a apagar. Y no hay forma de volver atrás, porque si eso fuera posible, haríamos un "copia y pega" constante para borrar las cagadas que nos mandamos y buscar que todo quede prolijo, como un traje que nos calza a medida. O como en los archivos de Word, digamos. No creo que sería positivo volver atrás porque en todo momento estaríamos pendientes de construir un pasado que más nos favorezca, que nos otorgue prestigio, que nos muestre como personas correctas y de bien. 

Cuando una calle está llena de baches porque tiene mucho desgaste, podés meterle parches para emparejar el camino, pero en su esencia sigue siendo lo mismo, y se trata de una solución transitoria. El hombre siempre ha fantaseado con viajar en el tiempo no sólo para presenciar hechos históricos que ocurrieron antes de que él naciera, sino para tratar de enmendar algún momento que fue particularmente vergonzante y que no consigue olvidar. Ese es uno de los motivos (además de las buenas actuaciones del elenco), por los cuales la saga de películas de "Volver al futuro" tuvo tanto éxito y la aclamación de la crítica.

 Por otra parte, si fuera posible presionar la tecla de "rewind" todas las veces que quisiéramos, no habría lamento, pena o arrepentimiento, porque retrocederíamos hasta el minuto previo de haber dicho algo que ofendió o lastimó a un amigo, y lo repararíamos. Pero pensemos que sería un embole vivir así, con todo calculado, sin sobresaltos, con la convicción de que nuestro pasado fue escrito sin margen de error, de un modo minucioso y obsesivo. Sería una vida sin espontaneidad. No cabe lugar alguno para retrotraer los efectos de los hechos que ya fueron consumados, y menos aún de anticiparse a ellos si ya ocurrieron. ¿Cómo vas a volver atrás sobre algo que ya pasó, aunque te hayas comportado pésimo con un ser querido o con vos mismo? 

Estoy hablando de lo cotidiano. Ahora, si hablamos de una gestión de gobierno, un ministro no puede volver sobre los pasos de quien lo precedió. Sólo puede evitar perpetrar esa planificación errónea, adoptando otro tipo de medidas. Pero si hubo deudas contraídas, como las que asumió el gobierno anterior, el actual debe trabajar desde el minuto cero. En cambio, cuando se utilizan esos desaciertos o como gusten llamarlos para buscar un rédito político y no hacerse cargo del pésimo manejo de la inflación, gasto público o déficit fiscal, es otra cosa. 

Yo creo que Macri le pidió el préstamo al FMI creyendo que iba a poder paliar el déficit fiscal y tener un "colchón" como para no tener que hacer un ajuste tan drástico, cosa que al final de cuentas terminó haciendo de todas maneras. Dicho esto, su mandato me pareció un desastre y un fracaso evidente, por eso no lo votaría. Y si el Fondo le concedió más de U$S 44.000 millones sin grandes negociaciones, fue porque estaba Trump apoyando ese proceso. Es decir que no es tan complejo determinar adónde fue a parar la guita, porque si durante años se habló de "la ruta del dinero K", ahora lo que están planteando desde la vereda de enfrente es el recorrido de la deuda del Gato, si favoreció a sus amigos empresarios o no, y nada que no hayamos escuchado. El peronismo no es el salvador de la Patria ni el "reconstructor del país". Es un movimiento devenido en partido político que gobierna de determinada manera, y que más de una vez considera una "picardía" lo que otros ven lisa y llanamente como actos de corrupción dentro de sus propias huestes. 

No es necesariamente un defecto, que un gobierno integre su gabinete por empresarios o por personas ligadas al sector privado, siempre que tengan en claro que ahora su función es otra. Todos sabemos que hemos tenido ministros indudablemente infames y corruptos en todas las presidencias, sean peronistas o no. En eso sí se parecen todos: en la incapacidad y la inutilidad, excepto para meter la mano en la lata. Pero me estoy yendo de tema. Lo que decía al principio, es que abundan varias frases huecas como "hay que vivir el presente" que son imposibles de aplicar. Lo que podemos intentar es aprender a disfrutar de un instante cualquiera que no toque vivir. Y dado que no podemos retroceder en el tiempo, encarar una relectura de ese pasado que no se convierta en un motivo de autocastigo y no nos enfrente tanto a nosotros mismos con aquellos que supimos ser. Nos estamos viendo pronto. Punto final.   

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