Viernes 4 de
enero. Se acabó la joda: El período que conocemos como “las Fiestas” ya llegó a
su fin. Ahora nos toca el momento de trabajar, dentro de lo que esté a nuestro
alcance. En mi caso, por ahora no hay muchas noticias por cubrir, esa es la
verdad, y no me gusta estar al pedo. Habrá que retomar la práctica de hacer
notas o reportajes a personas ligadas a la política local. El receso de verano
impacta a todo nivel, aunque no sé si es una época de vacaciones, porque muchos
nos quedaremos aquí al igual que lo hicimos durante el año pasado. Habiendo
escrito por el lapso de 20 años, a veces me pregunto cómo brindar al lector
algo que lo motive a sorprenderse, a maravillarse de lo que intento relatar. Un
enfoque que escape a lo ya conocido. Y en estos primeros días del año, lo que
prevalece es la sensación de estar haciendo “la plancha”: No va a haber
novedades significativas en los próximos meses, por lo menos hasta marzo. El
Intendente se tomará vacaciones, y eso es un motivo más para que el acontecer
pueblerino navegue en piloto automático. Pero yo no tengo dudas de que –más
tarde o más temprano- habrá lugar para la polémica, para el debate, para
interpelarse a uno mismo también.
El final del kirchnerismo en 2023 terminó con lo estamos viendo hasta ahora, o aún peor. Es el resultado del despilfarro y de hacer caja con las necesidades de los ciudadanos. El PRO está desaprovechando oportunidades de un modo insólito, pese a que el único distrito de peso que tiene a nivel electoral sea CABA. Milei está emprendiendo una reforma integral del Estado que consiste en su virtual desaparición, sueldos bajos y jubilaciones miserables. Y acá hay que ser prudentes y evaluar las consecuencias que pregona el anarcocapitalismo y el desgastado discurso “anti casta”. Claramente, es lógico que haya otra forma de ordenar cuestiones esenciales como las reservas, el mercado cambiario, y otras que ya mencioné. ¿Existe la posibilidad de que CFK vuelva a ganar si se postula nuevamente? Primero habría que ver si es viable que asuma con el grado de exposición que implica una candidatura. Luego podemos responder: Sí, claro, conserva un caudal importante de seguidores. Pero no le va a ser tan sencillo imponerse como en sus postulaciones previas y con Kicillof que emerge como una figura relevante rumbo de la renovación del PJ rumbo a 2027. A su vez, ninguno que se presente llegaría muy lejos sin la “bendición” de Cristina.
Como se verá, hay muchos
frentes abiertos que desconciertan a los argentinos, sobre todo al sector que
le podría aportar mayor afluencia de votos a la expresidenta. Ese es el punto
medular del análisis que pretendo hacer: Como no te fue bien siendo Vice, si no
te despegaste a tiempo de esa debacle que dejaste, te termina arrastrando a vos
también. Ahora cualquier puede decir que era obvio que esto iba a pasar, pero
con Alberto como presidente, nadie se imaginaba que este mono con navaja del “Peluca”
estaría haciendo de las suyas en la Rosada. La política no funciona así. Hoy
podemos hablar con el diario del lunes, que es lo más cómodo y fácil, pero hace
uno o dos años atrás nada hacía presagiar lo que estamos viviendo ahora, tanto
lo bueno como lo malo.
Ante tanta necedad
y estropicio, lo único que nos queda es apostar por la racionalidad. Habrá
mucho en juego en las elecciones legislativas de este 2025. Si no hay una
oposición real en el Congreso, el oficialismo tendrá vía libre para hacer lo
que quiera. Y ya sabemos lo que pasa cuando la glotonería de las mayorías gana
la escena pública. Nos estamos viendo pronto. Punto final.