27 de julio de 2005

"LA CONVENCION" (CUENTO DE LUIS ZACCARA)


(N. de la R.= Rara vez suelo hacer un comentario o emitir un juicio de valor sobre el material que recibo a título de colaboración, pero haré una excepción a mis propias reglas. He aquí un excelente texto escrito por el señor Luis Záccara. Sinceramente recomiendo su lectura a todo aquel que visite esta página)

LA CONVENCIÓN

No éramos pocos los que acostumbrábamos a pasear por las noches en un hermoso parque, al final de la planta urbana.. Pero quizá pocos pudimos darnos cuenta de que algo muy extraño estaba ocurriendo.
Era el comienzo del otoño, por lo que todavía se podía soportar el fresco de la noche, por razones de trabajo acostumbraba a caminar como a las veintidós horas, donde la oscuridad daba un poco mas de misterio a la cosa. Siempre me ha sofocado la cotidaneidad, por lo que he tratado, en lo posible, de condimentar lo que podía hacer con algún ingrediente de misterio o informalidad, y ese día precisamente, logre con creces algo distinto.
Venia notando de hace un tiempo, algo, que si bien no lo podía comprobar, lo percibía, una sensación, como que en un determinado momento algo ocurría o bien no ocurría. El paseo consistía en dar una vuelta al parque por el perímetro del mismo, pasaba por zonas mas iluminadas, otras menos y algunas muy oscuras, mezclado con los arboles, ciertos matorrales y arbustos, me daba la sensación de infinidad de formas y figuras que me acompañaban durante el trayecto. Una zona en particular, un playon en medio del parque, esa parte, iluminada por una enorme, pero único farol. Todo se repetía diariamente: El paseo, la hora, la oscuridad, la luz, el frío, y esa sensación de que algo raro, distinto, casi imperceptible ocurría.
Una noche decidí poner total atención a cada instante, cada paso, para detectar cualquier cosa que me llevara, al menos, a suponer algo. Y lo vi, o mejor dicho deje de ver. Como dije antes, trate de ver cada detalle, lo primero en sentir fue que en un determinado momento algo faltaba del escenario de un instante, luego note como que algo se alejaba de mí, como que algo que debería estar no estaba, o algo que debería ser no era, todo era intriga, después de todo, era lo que andaba buscando, pero no podía determinar definitivamente que.
Esa noche decidí dar varias vueltas para así, cualquier detalle al repetirse, aumentaría su densidad y terminaría por darse a conocer. Pude ver, que cada vez que pasaba por ese playon iluminado por ese foco, mi sombra desaparecía y se alejaba, como cobrando vida propia, al centro del mismo. Después de comprobar que realmente era así, comencé a seguirla y con el mayor de los asombros la vi reunida con infinidad de sombras de, creo, otros caminantes.
Todo se desarrollaba en un espacio bidimensional, por lo que su lugar era un solo plano, el suelo, razón por la cual nunca se veían, silenciosamente me fui acercando, arrastrándome, y comencé a escuchar lo que hablaban entre sí. Era una especie de convención, como si fueran el verdadero ser de la gente, como determinando lo que deberían hacer luego de volver a cada cuerpo, que si debían aceptar tal o cual cosa, si debían seguir soportando la convivencia con su propio cuerpo, que si sus vidas se resumirían a arrastrarse por el suelo, dependiendo de algún farol que las ayudase a cobrar vida, que deberían reunirse mas seguido y en lugares no tan escondidos, como si quisieran finalmente revelarse y cambiar el orden de las cosas, note una seguridad en sus reflexiones y profundidad en sus pensamientos tal, que llegue a dudar si realmente era yo, o era en realidad la sombra de mi persona.
A partir de ese día tuve que aceptar que si me aburría la cotidianeidad de la vida, también debería soportar el agobio de las infinitas facetas de la realidad, y debía aprender a convivir con ellas, pues solo yo lo había buscado, solo yo decidí cambiar el ángulo de visión de la realidad y todas esas cosas se me irían presentado, era como ir descubriendo distintos estadios existenciales, que de alguna manera ocupaban la lista de cosas que pueden ser.

Adiós domingo

Domingo por la tarde en Lobos: Una jornada más, ya casi por dar comienzo a la segunda quincena de abril, y pasada por agua. Hace como tres d...