31 de mayo de 2009

La súbita aparición del día 31

He aquí, con ustedes, el último post del mes, este mayo largo, agotador y tortuoso. Estoy exagerando, lo sé, sobre todo si tenemos en cuenta que probablemente lo peor nos aguarda en junio, cuando nos veamos invadidos por los spots publicitarios de los distintos candidatos y partidos, repetidos hasta el hartazgo, en los cuales aparecerán sonrientes y con altas dosis de Photoshop. Como en toda campaña sucia, sin lugar a dudas saldrán a relucir todas las bajezas y las miserias más repudiables del ser humano, se buscarán los puntos más débiles, íntimos y oscuros del adversario, con tal de asegurarse ese trofeo tan codiciado, esa banca en el Congreso o en el Concejo Deliberante en la cual posarán su culo por varios años hasta que llegue otro inútil con la misma ambición y obsecuencia que ocupe su lugar.
Ayer anduve con problemas estomacales y sinceramente lo que menos tenía eran ganas de escribir. Hoy me siento mejor (no demasiado), pero lo suficiente como para volver a mi rutina habitual. Una mañana soleada siempre nos brinda algo de motivación para comenzar el día, aunque los tenues rayos solares son engañosos: salís a la calle y te encontrás con 8 grados de temperatura y un viento helado que te congela los huesos.
Ayer estuve viendo un fragmento de "Los Pájaros", el extraordinario film de Hitchcock, y escuchando a Tracy Chapman, que tiene una extraordinaria habilidad para deprimir a cualquier persona en una tarde lluviosa.

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  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...