Bueno, amigos, aquí me tienen, redactando el último texto de un mes en el cual tuve que cambiar mis tiempos y mi modo de escribir, por los motivos que ustedes ya conocen. Ya no puedo lanzar un post al cyberespacio desde la comodidad de mi casa a la hora que yo quiera. Debo atenerme a los horarios, usos y costumbres del cyber. De todas maneras, ya estoy cansado de quejarme de esto, y supongo que a los usuarios de Lobos que padecen el mismo problema también les debe estar cansando leer sobre la incompetencia de Speedy. Me pregunto si debemos resignarnos y esperar, o si nos queda alternativa para que todo vuelva a la normalidad.
Mi premisa ha sido siempre no abandonar el blog, y durante septiembre pude escribir esporádicamente, no con la frecuencia que yo quisiera. Me temo que esto seguirá así durante los próximos meses, porque un comunicado que dfundió la empresa no brinda una perspectiva muy alentadora.
Esto me hace reflexionar sobre algo mucho más abarcativo, como es nuestra capacidad para adaptarnos a distintas situaciones que se nos presentan. A veces uno busca excusas para quejarse, o se toma demasiado en serio problemas que (al menos en mi caso) no ponen en juego aspectos realmente importantes de la vida, como la salud. Me cuesta decir esto, porque no soy precisamente una persona tranquila, pero es tiempo serenarnos, sin claudicar en nuestros objetivos pero sin ahogarse en un vaso de agua. Aunque por momentos quedemos sumergidos.
Blog de Lobos, ARG, desde hace 18 años en la Web.
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