4 de septiembre de 2009

Volviendo a casa, en un viernes gris

Luego de un paréntesis que se extendió más allá de lo previsto, emprendo la actualización del blog, en un viernes lluvioso y con esas ráfagas de viento que hacen que el paraguas se dé vuelta en el medio del vendaval mientras vas pisando los charcos de la vereda. Quienes no tienen que cumplir con un compromiso laboral fijo, a menudo aprovechan este tipo de días, en los cuales no dan ganas de salir, para hacer una limpieza u ordenar papeles y documentos que están distribuidos al azar en distintos cajones. A quienes son lectores de este blog y suelen frecuentarlo, les cuento que estoy seleccionando algunos textos de los más de 300 que están publicados aquí, para que sean impresos en un libro. Para ello, deberé reunir el dinero que insume el diseño y la impresión de una tirada mínima de ejemplares. El problema es que, probablemente, si llego a juntar la plata que figura en el presupuesto que me enviaron, para ese momento el costo ya habrá aumentado. Un amigo que sigue de cerca el negocio editorial me anticipó que es probable que eso suceda. La tinta y el papel, elementos esenciales para confeccionar un libro, aumentan periódicamente como consecuencia de la inflación. En fin, el primer paso será seleccionar los textos que deseo publicar y ver cuántas páginas impresas se necesitan para poder reunirlos en un libro. De ahí saldrá el costo definitivo que una eventual publicación. A mayor cantidad de páginas, mayor será el costo, obviamente.
Mucha agua ha corrido bajo el puente desde que comencé a escribir aquí, y quienes lean mis primeros "posts" de 2005 seguramente adviertan contradicciones con mi modo de pensar actual. Yo cambié, quizás, porque el país también ha cambiado, y no es el mismo de 2005. Hace 4 años la Argentina no era precisamente un paraíso, pero no se percibía el grado de intolerancia que nos define hoy, y que a veces nos cuesta ver en su real dimensión porque estamos metidos en el chiquero. Un visitante extranjero, o el corresponsal de un diario que proviene de un país donde los conflictos se resuelven de otra manera, podrá emitir un juicio de valor más cercano a lo que realmente nos pasa. El campo y los medios de comunicación son los dos blancos preferidos del Gobierno, que parece regodearse de ese estado de alteración permanente que nos termina enfermando, porque el tiempo pasa y nada sucede, nada se soluciona.
Tema 2: En estos días se está debatiendo en el Congreso la Ley de Medios (que pretende sustituir a la Ley de Radiodifusión). Más allá de los puntos oscuros del proyecto, lo más condenable de esta futura ley no son sus artículos ambiguos y difusos, sino el hecho de que ha sido concebida para perjudicar directamente al Grupo Clarín, en lugar de haber sido redactada en función de los intereses de todos los medios, tanto aquellos que pertenecen a un grupo como los que son independientes. Además, es probable que si este proyecto se convierte el Ley, pasemos de los multimedios de oposición a una rápida proliferación de multimedios oficialistas o "K", que van a destinar diarios, radios y canales de TV al servicio de "la causa" que defiende este Gobierno y que nadie sabe bien cuál es. Es una pena, indudablemente, porque una Ley de esta importancia merecía un debate en serio y casi todos estaban de acuerdo en modificarla, pero no hubo consulta alguna a los responsables de los medios. Y si la hubo, fue para un sector privilegiado y no para quienes desde nuestro humilde espacio trabajamos con recursos limitados.

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