22 de julio de 2010

Por qué vale la pena tener un blog

Bueno, pasó el Día del Amigo y todos tuvimos un buen pretexto para reunirnos con nuestras amistades. Sinceramente, todavía sigo renegando de esa fecha, como así también de las personas que se atribuyen un vínculo de amistad con terceros que no llega ni remotamente a serlo, apenas se trata de una afinidad o simpatía.
Este fin de semana promete nuevamente lluvia. Más allá del desalentador pronóstico, no tengo por el momento muchas ganas de salir el sábado, así que buscaremos un "Plan B" para rescatar del olvido viejas películas, libros y discos. Uno siempre va postergando actividades placenteras en función de lo más inmediato o perentorio, pero es necesario guardarse un espacio. Yo siempre incentivo a personas con talento para escribir a que se armen su propio blog, y que vuelquen en él todo lo que deseen, con total libertad, y sin temor a ser juzgados. Los blogs nos brindar la oportunidad de contar con un espacio propio, y nuestra inspiración va fluctuando: podemos escribir un texto brillante un día, y a la semana siguiente una mera crónica sin grandes pretensiones.

Sea como fuere (y he aquí lo importante), creo que el sólo hecho de buscar caminos para expresarse, ya sea mediante un blog o por cualquier otra vía, merece ser rescatado, sobre todo en tiempos en que nadie se anima a decir lo que verdaderamente piensa y estamos rodeados de falsedad e hipocresía. Aunque más no sea por un momento, dediquemos un espacio virtual a vivir como siempre soñamos, libres de todo condicionamiento. El mundo es nuestro, o al menos debería serlo.

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