11 de abril de 2014

La música como cable a tierra

Viernes por la noche en la ciudad. A riesgo de ser reiterativo, debo decir que escuchar música es una de las actividades más gratificantes. Mucho más que mirar televisión o que ver una película, a mi modesto entender. En los últimos días, casi sin darme cuenta, me encontré tarareando "Inconsciente Colectivo" y "Confesiones de Invierno", ambas de Charly García, la primera que nombré en su etapa solista y la segunda con Sui Generis. Me molesta cuando alguien dice que determinado disco o banda "es muy comercial". En primer lugar, nadie que se dedique profesionalmente a la música lo hace para perder dinero, y un contrato con una discográfica importante le garantiza una mayor difusión de su obra. Pero además están las giras, los tours, y todo lo que ello implica. Puede ser considerado comercial ¿y qué? ¿Cuál es el problema? Nadie está dispuesto a trabajar gratis, ya sea un artista o un albañil. Hace como diez años, un supervisor mío en la compañía de seguros donde yo trabajaba me contó un montón de anécdotas de Pink Floyd. Era fanático, y exhibía orgulloso todos los discos de la banda. Pero cuando le mencioné a "The Wall" (1979), el álbum más famoso del grupo, se limitó a decir: "Nunca me gustó demasiado...muy comercial". Como siempre digo, cada día aprendemos algo nuevo. Punto final.

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...