18 de agosto de 2016

Agosto primaveral

Me molesta la chatura, la mediocridad, que se suele advertir en la televisión o en la radio. Me refiero a que subestiman al espectador, no sólo con los conductores o panelistas exponiendo sus miserias. También se da cuando dicen, en la radio: "para que la gente entienda, ¿cómo sería el proyecto?". No, boluda, no es la gente la que no entiende, sos vos la que querés simplificar demasiado porque estás laburando en un medio masivo. Un proyecto de Ley no se puede explicar fácilmente, tiene cientos de artículos, y encima se pretende que en Diputado o Senador lo haga en tres minutos de entrevista por teléfono. No es serio, uno puede entender que el tiempo apremia, pero en tal caso que se abstengan que abordar temas que demandan un lapso considerable. Con qué liviandad el locutor de turno a cargo de un programa de medio pelo habla de la actualidad política, porque lo que sucede es que ahora todo el mundo puede hacerlo tocando de oído, te metés en Internet y ahí encontrás todo. Por ejemplo, si es sabido que para aprobar un aumento de tarifas se requiere previamente una audiencia pública (Art. 42 de la Constitución Nacional), ¿por qué nadie se toma la molestia de explicar cómo es una audiencia pública, cómo se puede participar de la misma, el procedimiento de la convocatoria? Por un lado, explican obviedades. Y por el otro, cuestiones que son clave para entender cómo sigue esta historia de las tarifas, son pasadas por alto. Parece ser que ahora la TV se nutre de Internet, y viceversa. Hasta hace unos años, nadie estaba pendiente de lo que un "famoso" publicaba en Twitter. Sin ánimo de ser nostálgico, extraño que se haga por TV un programa de debate, sin golpes bajos ni insultos, sino que resulte esclarecedor para quien está del otro lado de la pantalla.

A veces cansa buscar inútilmente en el dial de la radio alguien que tenga algo interesante para decir. O que por lo menos, se tome la molesta de hacer un análisis de la realidad, para hablar y opinar con argumentos. Caso contrario, la otra alternativa que nos queda es buscar un CD o un MP3 y escuchar nuestra música preferida, que seguramente no nos va a defraudar. Punto final.

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...