31 de agosto de 2016

Volver a las fuentes

Algún día, los argentinos dejaremos de discutir por boludeces y frivolidades e iremos a la cuestión de fondo. Que es, ni más ni menos, pensar por qué no progresamos como país a pesar de los sucesivos gobiernos, algunos más corruptos que otros, pero que elegimos nosotros. Por supuesto, si no tuviéramos un momento de distensión, nos volveríamos locos. Es necesario entretenerse, divertirse, cada cual como le parezca. Pero basta ya de Tinelli, Susana, y de seguirle el tren al chusmerío y las revistas del corazón. Algún día, quizás utópico, pobres y ricos de la Argentina se darán cuenta de que se necesitan mutuamente. Es sencillo: el empresariado se empieza a resquebrajar cuando la gente no consume, no gasta porque no le alcanza, o prioriza lo que considera esencial para vivir. Debemos informarnos, estar atentos a lo que pasa, pero no para juzgar o discutir con el otro que piensa diferente. Todo lo contrario: para saber dónde estamos parados. No podemos vivir en un limbo esperando que los demás nos solucionen los problemas que ni siquiera conocemos. 

No importa si leés Página/12, Clarín o La Nación. Lo que realmente vale, es la capacidad de discernir cuándo te dicen la verdad y cuándo te están mintiendo, ya sea los medios o los políticos. Tenemos centenares de diputados y senadores que calientan su culo en una banca y ni siquiera sabemos cómo se llaman, por las malditas "listas sábana". Nadie les explica a los chicos en edad escolar cómo funciona el Congreso, cúantos legisladores hay por cada provincia, y así se hace cuesta arriba entender lo que está pasando. Siempre sostuve que debería volver a dictarse Instrucción Cívica en las escuelas secundarias, que conozcas los derechos que tenés como ciudadano, consagrados por la Constitución. Fíjense que las audiencias públicas, que tanta polémica causaron al frenar el tarifazo, es uno de esos derechos, establecido en el artículo 42. Punto final. 

Octubre

  Faltan dos meses para que termine el año. No podría afirmar si es mucho o poco. Es lo que hay, y cada uno avanza a su propio ritmo. Por es...