25 de agosto de 2016

Un nuevo día en el Planeta Tierra

Jueves por la noche en la ciudad. De a poco se van "estirando" los días, y el calor empieza a apretar. Ideal para una buena caminata por el Parque o por la Plaza. Como suele suceder en estos meses, nos sorprendemos de lo rápido que ha transcurrido el año, y por lo general ni siquiera recordamos cómo empezamos este nuevo ciclo, a menos que haya habido un hecho que por su trascendencia o gravedad nos haya "marcado". En nuestra vida hay momentos que nos marcan, que para bien o para mal son imposibles de olvidar. Y es común que nos hayamos tropezado en este camino de la vida, con años en los cuales nos salió todo mal, pasamos por una situación traumática, o nos sentimos estafados en nuestra buena fe. En rigor de verdad, no es frecuente que se den 12 meses parejos, sin que surja ningún sobresalto o imprevisto. Además, de ser así resultaría demasiado aburrido y rutinario nuestro devenir cotidiano. Cada vez me convenzo más de que, lo que en principio aparenta ser un problema, luego te da la oportunidad de crecer y de aprender. Porque eso que viviste ya lo pasaste, y si vuelve a sucederte ya vas a estar preparado para resolverlo y afrontarlo de otra manera. Eso es algo que no se aprende en la escuela, no hay Matemática ni Historia que valga. Es, en realidad,  tan simple como no creernos que lo sabemos todo: ante un momento crucial donde hay que tomar una decisión urgente, cada uno se las arregla como puede. No hay un manual, tenés que tropezarte con la piedra para aprender y que no te vuelva a pasar. 

Pero como somos animales de costumbres, aprender de los errores no es algo que todos podamos internalizar. Me refiero a que, cuando pasa el tiempo, reaccionamos de otra forma. Descubrimos que no se puede confiar en cualquiera, o que nadie labura gratis. Descubrimos la mentira de quienes ostentan un cargo político y se creen depositarios de una verdad superior. Una persona puede ser valiosa aún cuando esté despojada de cualquier cargo, o bien puede ser un inútil que ha sido designado funcionario. No siempre "el hábito hace al monje". Y muchas veces uno peca de ingenuo, porque sigue creyendo en ciertos principios o valores, que hoy ya están en extinción. Una de las cosas que logré en todos estos años es ganarme un lugar dentro de mi profesión. Quedará a consideración de ustedes saber si lo llevo adelante del modo correcto. Pero lo importante es mantener el entusiasmo por algo que más de una vez te da satisfacciones que ni siquiera imaginabas. Punto final.

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...