21 de noviembre de 2016

Lobos tiene mucho para dar


Domingo por la noche, agotado del laburo que significó pasar varias horas bajo un calor sofocante, por las actividades con motivo del Día de la Tradición y Día de la Soberanía. La verdad es que como experiencia piloto resultó interesante que se haya decidido enlazar ambos festejos, que tuvieron como corolario el desfile de peñas y centros tradicionalistas por las calles céntricas. 
Estoy contento de que el desfile haya vuelto a realizarse, porque va más allá de si te gusta el folklore o no. Se trata de que la ciudad tenga una fiesta popular, un motivo de encuentro, algo con lo cual nos sintamos identificados. Me parece bastante boluda la queja que hacen algunos vecinos porque los caballos dejan las calles llenas de bosta. Primero, son animales, no tienen un baño a su disposición. Y en segundo lugar, es un evento que se lleva a cabo una vez al año. Hagamos foco en lo esencial y dejémonos de nimiedades que no conducen a nada. 

Un desfile de estas características, si se tiene la capacidad y el ingenio de promocionarlo, puede ser un atractivo turístico importante. De esta manera, Lobos dejaría de depender tanto de la Laguna como fuente de ingresos del turismo y podría explotar más su casco urbano. Esas políticas son a largo plazo, y deben mantenerse aunque haya un cambio de gestión. Es la única manera de que el esfuerzo dé sus frutos. El porteño, o el hombre del Conurbano, tiene que reconocer a Lobos como una "marca registrada", y buena parte de ese anhelo será posible con el remodelado Cine Italiano. Ofrecer espectáculos de calidad, funciones de cine y teatro, exposiciones, todo contribuye, todo suma. Es cuestión de decidir qué camino decidimos tomar, o qué estrategia vamos a adoptar, para que nuestra ciudad sea conocida y valorada. Punto Final.

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