11 de noviembre de 2016

Aguas turbulentas

Un viernes cálido en la ciudad, palpitando lo que será un fin de semana intenso, con mucha actividad. Escribir en este espacio, tratando de analizar la realidad o los nuevos fenómenos que van surgiendo, ha sido desde el principio el objetivo que me propuse para este blog. Y como no tengo compromisos políticos con nadie, puedo decir que a Lobos no lo veo mejor que antes. Quizás, durante 12 años vivimos en una burbuja o en un limbo y recién ahora nos damos cuenta de cómo son las cosas. Pero basta caminar la calle para advertir lo que estoy diciendo: calles rotas, llenas de baches, veredas donde faltan baldosas, la Plaza 1810 totalmente devaluada como espacio público. Y el colmo fue tomar la decisión política de destruir las parrillas en la Costanera de la Laguna. ¿A qué "iluminado" se le ocurrió tan brillante idea? ¿Acaso el turista o cualquier vecino de Lobos no tiene derecho a comer un asado un fin de semana? El argumento es que "hay que preservar el recurso". Por supuesto, la Laguna es un recurso natural, pero en nada afecta o perjudica al ecosistema que haya parrillas o fogones en la Costanera. Es falso afirmar que la gente deja suciedad y mugre por ese motivo. Si nos ponemos a pensar, la gente arroja basura en cualquier lado, no sólo en la Laguna, pero nadie dice nada, es más fácil hacer la vista gorda. Bien podría decirse que el árbol les impide ver el bosque, como reza el dicho popular. 

No estoy diciendo que la actual gestión sea mejor o peor que la anterior, sólo digo que no se ven resultados concretos, y no podemos desaprovechar la oportunidad de que Municipio, Provincia y Nación tienen el mismo signo político. En su momento le tocó al kirchnerismo, ahora se abrió una nueva etapa y el ciudadano de a pie ya está harto de excusas, de que le digan que los fondos para obra pública no llegan, que hay que tener paciencia, que las cosas mejorarán. Cada vez que se presenta el nuevo Presupuesto Municipal ante el Concejo Deliberante, hay un aumento en las tasas o tributos que pagamos todos los lobenses. El ajuste, el sacrificio, el aguante, parece que siempre lo tenemos que hacer nosotros. Porque la clase política tiene dinero de sobra en sus bolsillos para satisfacer sus gustos y placeres. En cambio, los que estamos en el llano somos los que vivimos el "día a día", y muchas veces, aunque parezca insólito, estamos más al tanto de las cosas y de lo que sucede en Lobos que los propios políticos. El funcionario que se asesora por un tercero, y no camina la calle, nunca va a saber medir el pulso de la sociedad. Porque solamente va a escuchar lo que le quieran decir, una realidad distorsionada, se va a terminar creyendo su propio relato como ocurrió con los K. Ya pasó el tiempo de hacer campaña, ahora es momento de gobernar. Y quien no esté preparado para hacerlo, venga de donde venga, que tenga la nobleza de dar un paso al costado y dejarle el lugar a otro más idóneo. Punto final.

Cayéndose a pedazos

  Nos estamos cayendo a pedazos. Más allá de lo desastroso que es el gobierno de Milei, y que salta a la vista, hay otros aspectos a conside...