9 de mayo de 2018

Volver al fondo del abismo

En una nota anterior, mencionaba lo imprevisible que se ha vuelto el país. Eso sí, en algunas cosas somos bastante predecibles, como tener que pedirle guita nuevamente al FMI. Con Kirchner nos habíamos desendeudado, más allá de que la gestión del santacruceño tuvo puntos flojos. Y ahora, volvemos al principio, a endeudarnos de nuevo. Tocamos fondo, cerremos la persiana, che, no tenemos arreglo. Un país serio no se construye así, no me jodan. Cómo es posible que le echemos la culpa del aumento del dólar a los mercados internacionales? Nuestra moneda no vale nada, $ 1.000 son casi 45 dólares, una miseria. Y eso que es el billete de mayor denominación que tenemos, me quedo más tranquilo...

La base de nuestra economía es absolutamente endeble. Nadie nos garantiza qué pasará mañana, vivimos en un estado de alteración permanente, sin saber qué factura de luz o de gas llegará, y como la podremos pagar. Y encima, como si todo esto fuera poco, nos encontramos con esto, tener que pedir plata cuando nos costó muchísimo salir del endeudamiento, de los fondos buitre, ¿o ya nadie se acuerda?

Les decía que nuestra moneda es papel pintado, porque el poder de compra y la capacidad de pago se licúan de tal manera, que lo que cobramos todos los meses no nos alcanza para nada. O cada vez menos. De más está decir que los alimentos y los productos con insumos importados subirán su valor, bailando al compás del dólar y de este ritmo frenético en que estamos sumidos. La maquinita de remarcar precios está cada vez más "afilada". Hace 12 años, desde 2006, que Argentina no le debía nada al FMI. Hoy volvemos a retroceder, y a seguir en esta espiral que no la pagará la gestión de Macri, sino sus sucesores, porque un préstamo de 40.000 millones de dólares no se cancela tan rápidamente. Así, pensar que el Presidente puede aspirar a una reelección parece una utopía, aunque como suele decirse, la política es el arte de lo posible. Punto final. 

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...