11 de octubre de 2018

Competir contra uno mismo

Noche de jueves en Lobos, bastante fresca por cierto, con lo cual podemos deducir que el fervor primaveral todavía no se manifiesta como un concepto constante. Estoy haciendo varias cosas a la vez, leyendo un poco, buscando información para darle forma a mi próximo cuento, redactando notas periodísticas (mi trabajo). Sí, como leyeron: estoy intentando hacer literatura, de forma muy modesta, sin pretensiones y prejuicios. Mi hermano es más conocido en esas lides, ya ha escrito cuatro libros. En fin, los tiempos de uno no son los mismos de los del otro, entonces llega el momento en que tenés el impulso de volcar tantas ideas y vericuetos que pasan por tu mente en un texto que sea digno de ser leído. 

Muchas veces se me ocurre un buen comienzo, prometedor, para esbozar algún relato, pero luego me encuentro con el problema de terminar de darle forma, o que no decaiga en su desarrollo. Ojalá tuviera el talento de Soriano, de Cortázar... precisamente, hace tiempo leí que muchos manuscritos de escritores consagrados fueron rechazados por las grandes editoriales de la época. Ernesto Sábato dijo en una oportunidad que varios editores se negaron a publicar "El Túnel", su novela más leída y admirada. Me gustaría, cuando considere que llegó el momento, dictar un curso de Técnica Periodística, o de Comunicación Social, para los jóvenes que recién terminan el Secundario y quieren seguir una carrera afín en una Universidad. Alguien podrá decir "quién se cree éste para dictar clases", pero me creo idóneo para hacerlo, sólo haría falta contar con una matrícula de interesados que justifique dicho curso, y un lugar adecuado. Yo no le tengo miedo a la competencia dentro de ninguna profesión, porque compito conmigo mismo para hacer mi laburo cada día mejor. Punto final. 

Última nota de 2024: Para el baúl de los recuerdos

  Esta es la última nota que escribiré durante lo que resta de 2024, así que no abusaré de vuestra paciencia en la lectura.   En primer lu...