24 de septiembre de 2019

Una campaña política que parece sacada del baúl de los recuerdos

Como los lobenses hemos advertido, por estos días hay muchas inauguraciones, visitas de funcionarios, y obras en los barrios que son imposibles de imaginar fuera de un período de campaña electoral. Lo que se hizo (o se hizo mal) en 3 años y medio, pareciera que súbitamente florece ante la necesidad y el afán de conseguir votos. Por supuesto, la gente no es estúpida y sabe que esto es una burbuja. Ha sido así desde siempre, con éste y con anteriores gobiernos. Como las PASO fueron muy reñidas y los dos principales candidatos pelean voto a voto, es natural imaginar un escenario semejante. Cuando pasen las elecciones, la vida será la misma de siempre, con las mismas carencias y dejadez de parte del político de turno. Lobos no crecerá solamente por una equis cantidad de cuadras de asfalto, sino cuando se genere trabajo, las empresas comiencen a producir más, los comercios vean que la gente se vuelca al consumo... no es nada nuevo, es el círculo virtuoso de la economía. Que haya guita en la calle para que vos puedas gastar, el comerciante vender, y las Pymes producir conforme a esa demanda.

Desde 2003 que cubro periodísticamente las elecciones, y en el transcurso de los años he visto lo que (a mi entender) son aquellas mañas propias de lo que suele denominarse "la vieja política". En rigor de verdad, la política no es vieja ni nueva, sino que se reinventa conforme las nuevas formas de comunicar, tal es el caso de las redes sociales. Por eso no me sorprende todo el cotillón electoral, aunque las campañas suelen hacer foco en distintas cuestiones según la coyuntura. Por ejemplo, en 2019 el oficialismo no puede poner énfasis en la economía porque sería escupir para arriba. Más bien se dedican, en todos los estamentos, a un discurso mesíanico, una especie de "vamos que podemos", y en mostrar algunas obras como el Metrobus o las nuevas estaciones de subte. Pues bien, acá en Lobos sucede lo mismo, sería absurdo para el oficialismo,  en un escenario de crisis, situar a la economía como eje de campaña. No es conveniente, sobre todo cuando se conocen cifras de desempleo que superan el 10 % a nivel nacional. Si Tato Bores, el legendario capocómico, viviera, se haría un festín con todas las contradicciones, furcios, y gansadas que estamos escuchando de parte de la mayoría de los candidatos. Punto final. 

Octubre

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