18 de junio de 2013

Cuando los ángeles lloran

Martes por la noche. Vivimos abrumados por la realidad de los hechos, como está sucediendo ahora con el macabro crimen de Angeles Rawson. Es un hecho policial más dentro de los tantos que probablemente queden impunes, pero se ha vuelto un tema de conversación recurrente, quizás por la cobertura mediática que está teniendo. Debo admitir que no estoy siguiendo las alternativas de las investigaciones, ni el avance de éstas, pero da la sensación de que los noticieros no hacen más que repetir (con una buena dosis de morbo) detalles que no aportan demasiado para entender lo que ocurrió. Abundan las especulaciones, conjeturas, periodistas que ahora se dedican a casos policiales y que se jactan de contar con buenas fuentes dentro del ámbito judicial. Todos estamos pidiendo, desde hace años, que no haya más casos como el de Angeles Rawson. Más allá de natural reclamo de justicia, se trata de que los juicios sean rápidos, las condenas queden firmes, y que no haya instancias de apelaciones para los imputados.


 No soy abogado como para expedirme demasiado en la cuestión, pero los tiempos de la Justicia no son los mismos que los de una familia que espera ver a los culpables en prisión. Con los hechos consumados, es fácil hablar de lo que podría haberse evitado. Sinceramente no quería redactar un post referido a este caso en particular, pero el tema me supera, traté de obviarlo porque me genera tristeza e impotencia pero llega un punto en que cada uno, con sus palabras, con su modo de entender la vida, busca expresarse sobre un hecho que ha trascendido los límites de lo privado. Y digo esto porque es probable que muchos casos como el de Angeles nunca se conozcan ni sean denunciados, y creo firmemente que sigue habiendo "desaparecidos en democracia", como Jorge Julio López. No en el sentido que la Dictadura le daba a la palabra desaparecido, pero son desaparecidos al fin. Familias que ni siquiera pueden llorar a sus muertos porque nada se sabe de ellos. Punto final. 


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  Esta es la última nota que escribiré durante lo que resta de 2024, así que no abusaré de vuestra paciencia en la lectura.   En primer lu...