6 de junio de 2013

Junio a todo trapo!

Acá estamos, de nuevo en contacto. Junio es un mes "especial" para mí, de algún modo. En principio, porque es mi cumpleaños, y además el 30 del corriente se cumple un nuevo aniversario de la creación de este blog, el primero de Lobos. No voy a empezar a esbozar aburridas reflexiones sobre el envejecimiento y el paso del tiempo porque es algo que suelo hacer a menudo, pero a veces me sorprende la percepción que la gente tiene de la edad de los demás. Hay personas relativamente jóvenes que están arruinadas. Los excesos se pagan caro, aunque no nos demos cuenta. En el otro extremo encontramos otras que ya transitan la recta final de sus vidas con una gran dignidad desde todo punto de vista, tanto en su aspecto físico como sus facultades mentales. En mi caso, nunca me interesó demasiado la estética personal. No hablo de falta de higiene, que es algo que considero esencial, me refiero a que hay hábitos que me molestan como por ejemplo afeitarme, dado que casi siempre sufro algún corte en la cara con la Prestobarba. Mi cabello es otro asunto complicado: como tengo rulos, si lo dejo crecer demasiado se vuelve indomable, casi diría imposible de peinar. De vez en cuando me gusta usar perfume o alguna fragancia, pero no es algo que haga todos los días. Eso sí, el desodorante es casi indispensable usarlo a diario por la transpiración de las axilas y el hedor que esto provoca. Nadie querrá permanecer cerca nuestro si no ponemos disimulamos con algún producto o loción esos intolerables aromas sobaquiles.

Con esto no estoy descubriendo nada nuevo, pero lo que se ha vuelto un fenómeno reciente son las personas que se aplican demasiados cosméticos para cualquier ocasión, tanto hombres como mujeres. Esto podría tomarse como una tendencia, del mismo modo que lo es el hecho de usar prendas de vestir que denoten sofisticación y elegancia, cuando en realidad detrás de tanta ropa muchas veces se esconde una persona acomplejada que necesita de un placard para sentirse segura de su cuerpo. La austeridad puede adoptarse en todos los órdenes de la vida sin que ello implique vivir como un pordiosero. Formas de ver las cosas, que le dicen.  

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...