16 de marzo de 2014

Escuchando a Bob Marley

Domingo por la noche. Terrible bronca me agarré, hace como media hora había escrito un posteo bastante bien logrado y estaba muy satisfecho con él, pero no lo pude publicar porque se desconectó Internet. Y ahora no recuerdo casi nada de cómo le había dado forma a ese texto original. En fin, cosas que pasan.

En este blog he dejado marcas de mi vida, de estos 9 años desde aquel lejano 30 de junio de 2005. Sinceramente, me gustaría mantenerlo todo el tiempo que me fuera posible, pero quién sabe lo que sucederá dentro de unos años o dentro de unos meses. Hoy fue un día perfecto, que compensó una semana de trabajo agotador. Como bien dice la Biblia, el domingo es día de descanso. Así que estuve buena parte del día en la cama escuchando música. Me interesó hurgar en aquel hermético disco de Pink Floyd, "A saurceful of secrets" (1968), el último antes de que Syd Barrett no pudiera seguir por los estragos que le produjo el consumo de LSD. El tema que da título al álbum es instrumental, largo y monótono, pero es el estilo de Pink Floyd en aquellos primeros años de la banda. Todo era rock psicodélico, el LSD supuestamente te deliraba y te volvía más creativo. Claro que varios quedaron en el camino, entre ellos el propio Barrett, que terminó con la cabeza quemada por el ácido y pasó el resto de su vida recluido. Me interesó escuchar ese disco, sí, pero no es uno de mis favoritos o al que volvería a recurrir asiduamente. Han grabado otros mejores.
 
También estuve escuchando a Bob Marley, concretamente su álbum "Kaya" (1978), sucesor del consagratorio "Rastaman Vibration". Es un disco prolijo y amigable, que se presta para determinadas situaciones. La industria discográfica -se sabe- funciona como un Pacman, y el artista, vivo o muerto, sigue siendo fuente de ingresos. Luego, como en cualquier parte, está el tema de los derechos de autor, a quiénes corresponden las regalías si se trata de un músico fallecido, etc. 

Por eso, salen al mercado ediciones aniversario o "deluxe" que agregan un disco o CD extra por el sólo hecho de vendértelo ese material como algo que aparenta ser nuevo, muchas veces sacrificando la calidad de sonido porque son grabaciones que durante mucho tiempo permanecieron pirateadas, o tomas de estudio descartadas. 

En fin, podría proseguir escribiendo sobre eso porque es un fenómeno que vengo viendo hace ya varios años, pero lo dejaré para otra ocasión. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

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