19 de marzo de 2014

La plenitud

Si bien, como ustedes saben, me fascina la música, también aprendí a disfrutar del silencio. Dejar que los segundos transcurran sin sonido alguno, o escuchando el ladrido de algún perro vecino. Me gusta tirarme en la cama mirando al techo y pensar en boludeces, o en ideas para escribir un texto. Es mi cable a tierra cuando me siento un poco agotado. Le estoy agradecido a la vida, porque me dio unos padres que me apoyan en todo. Y que no soy condescendientes, sino que me marcan mis errores. Pero por sobre todas las cosas, nunca me faltó nada: ni comida, ni ropa, ni educación. Y todo eso se lo debo a ellos. 

Luego llega el momento de empezar a recorrer el propio camino, hay que buscar trabajo, y es entonces cuando nos enfrentamos al mundo "de verdad". Cuando descubrimos que hay gente que te caga, te forrea, o que hace todo para que no progreses. Y es entonces cuando tenemos que imponernos, no en base a la violencia, sino mostrando que hacemos un trabajo de calidad. De esta manera nos diferenciamos de los mediocres y podemos desplegar nuestro verdadero potencial. Podrán envidiarnos, pero no quitarnos nuestras capacidades y aptitudes. Es difícil conseguir trabajo hoy en día. Yo tengo casi 35 años y mi generación es muy diferente a la actual, lo cual no quiere decir que sea mejor o peor. En 1996 o 1997, los índices de desocupación eran altos. En los últimos años han bajado considerablemente, pero los chicos que recién empiezan tienen que hacer laburos de mierda. Antes por ahí podías meterte en un estudio contable, o trabajar en una oficina. Es la percepción que yo tengo, no estoy seguro de que sea así. Lo que sí puedo afirmar es que soy Perito Mercantil y nunca me dediqué a nada relacionado con los números o la contabilidad. Pero así se dieron la cosas. 

Por eso, volviendo a la idea iniciar, el asunto es buscar la plenitud. No hace falta viajar al Caribe o pasar unos días en un Spa. Lo que necesitamos es tranquilidad en medio de un mundo cada vez más violento e imprevisible. Punto final.

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...