31 de octubre de 2014

Amo lo extraño

Viernes por la noche en la ciudad. Por fin un día en que la conexión de Internet funciona como debería ser: "va como trompada", carga rápido las páginas, inclusive hasta he logrado el prodigio de ver algunos videos en YouTube. Lo cual es tarea ardua para mí, no sé si por mi máquina o por la conexión pedorra. Con este post, creo que estoy rompiendo el récord de cantidad de textos escritos en un sólo mes. Pero fue saliendo así, naturalmente, no es que me haya propuesto alcanzar determinada cantidad de post. En fin, estoy leyendo un libro muy interesante sobre la Conquista de América, y todos los atropellos y barbaridades cometidas por los españoles. Aunque muchas cosas uno las conoce, no deja de ser valioso cuando el autor aporta documentación que sostiene su postura. Y eso es algo que debería suceder también en el periodismo: una primicia es válida y todo el mundo la quiere tener, pero tiene que tratarse de un hecho real y que se pueda comprobar. 

Vivimos en la "época de lo verosímil": es decir, de hechos o situaciones que parecen verdaderas, se dan a conocer como tales, pero no lo son. El uso del modo potencial ("habría renunciado a su cargo", etc.), es un recurso legítimo, no obstante lo cual muchos periodistas sólo lo emplean para no comerse un juicio. Yo no soy quién para hablar de ética periodística, pero puedo darme cuenta claramente cuándo hay algo que no corresponde. Ahora que Clarín rediseñó su edición en papel, cada vez hay más fotos y menos texto, lo cual es un error, porque los editores intentan hacer un facsímil de la página de Internet, lo cual es imposible. Y además, no sirve. Quien compra la edición impresa, no quiere andar cliqueando por aquí o por allá, sino que quiere recorrer las páginas y mancharse los dedos con tinta como era antes. Punto final.

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...