19 de octubre de 2014

Domingo soleado y con calor

Qué facil (y con qué rapidez), se olvida la gente de lo que uno ha hecho por los demás. Eso se llama ingratitud. No es que uno espere recompensa, o que le levanten un monumento. La cosa es distinta.Yo, aunque no lo diga todo el tiempo, no me olvidaré nunca de la gente que me ayudó a progresar, que me acompañó en momentos de zozobra, o que simplemente me hizo pasar un buen rato. Pero al parecer, no todos actúan del mismo modo. Esto no es un "palo" para nadie en particular, y el que se sienta aludido, ya no es mi problema. No obstante, creo que a todos nos ha sucedido alguna vez. Cuando vos sonreís, el mundo sonríe contigo. Cuando estás con pilas, todo parece de maravillas. Ahora bien, cuando tenés algún problema, los mismos aludadores desaparecen. 

Para el ciudadano de a pie quizá no resulte tan grave o traumático, porque tarde o temprano uno sabe en quién puede confiar. Creo que los que deberían darse cuenta de esta metodología con los políticos, empezando por la Presidenta. Tiene funcionarios parásitos, inútiles, sin la mínima idoneida, pero son "aplaudidores". Sin embargo, me imagino que cuando Cristina debe tomar una decisión drástica, está sola. Primero, porque los Ministros son totalmente incapaces, con alguna que otra excepción. Y segundo, porque la propia CFK se empecina en decidir cuestiones cruciales sin asesorarse debidamente. Asesorarse con gente capacitada, no importa si son K o no, sino que tengan dos dedos de frente. Manejar el timón del barco no es sencillo, eso es algo indudable. Pero si a ello le agregamos que la Presidenta no puede delegar ni siquiera en su Vice, un corrupto serial, la cosa se complica. Feliz domingo para la juventud! Punto final.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...