1 de octubre de 2014

Una cuestión de miradas

"Si me pasa algo, miren hacia el Norte", dijo Cristina anoche, en medio de su pelea con los "fondos buitre", la cual se hizo extensiva también al Gobierno de EE. UU. De acuerdo, Presidenta, lo tendremos en cuenta. Ahora bien, si a nosotros, los ciudadanos de a pie, nos pasa algo, ¿Hacia dónde miramos? ¿hacia la Casa Rosada? ¿Las cuevas que venden dólares ilegales en el Microcentro?. Las teorías conspirativas parecen haber tomado inusitado vigor en la Argentina. Lo peligroso es cuando la máxima autoridad del país las adopta como propias. Los yanquis no nos van a invadir como hicieron con Cuba en Bahía de Cochinos, o mucho más tarde en Panamá. Lisa y llanamente, no les interesamos demasiado, somos apenas un puntito perdido en el mapa donde suceden cosas inverosímiles. Por supuesto, los yanquis tampoco tienen el culo limpio, y sabido es que la corrupción no tiene bandera. Pero me parece, con todo respeto, que hay que poner los pies sobre la tierra y pensar en lo concreto. La Presidenta sabe que con los discursos de barricada gana algunos puntos en su imagen positiva. Ha hecho de la pelea contra los buitre una "causa nacional", y aquel que no quiera involucrarse en ella es considerado un cipayo o un gorila. Sería bueno pensar a qué estamos jugando: tenemos funcionarios impresentables, como Boudou, Timerman y Kicilloff. Esto no es lo peor. Lo peor de todo, y quizás lo más preocupante, es que tienen "línea directa" con CFK y por ende, ella avala cada una de sus acciones. Me parece que estamos en problemas. 

No hay que ser apocalípticos tampoco: el país llegará a 2015, con una transcisión difícil, pero llegará bastante castigado por años de saqueos y abusos. El próximo Presidente, sin embargo, seguirá siendo peronista: Massa, Randazzo, o Scioli. Quedará en cada uno de ellos seducir al electorado para diferenciarse de este modelo que, aparentemente, ya tiene fecha de vencimiento. Punto final.

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