14 de diciembre de 2014

Domingo por la tarde

Domingo por la tarde en Lobos. Todavía se respira cierta modorra en la ciudad, como si la gente no se quisiera despertar del todo. Ambas fiestas (Navidad y Año Nuevo) las pasaré en mi casa junto a mi familia, como ha sucedido en los últimos años. Como he comentado en posts anteriores, no representan demasiado para mí. Alguna personas toman el comienzo de un nuevo año como un cambio de etapa, un renacer espiritual. Por más que caigan las hojas del almanaque, pueden trasncurrir los años sin que se produzca el famoso "clic" en tu cabeza. En mi caso, estoy empezando a reconsiderar mi forma de pensar: trato de ser más tolerante ante ciertas cosas, lo cual no es sencillo por la naturaleza de mi personalidad. O en el mejor de los casos, permanecer indiferente ante situaciones que en otros momentos me alteraban más allá de lo necesario.

 Conozco muchas personas que piensan como yo, a saber: nadie está exento de tener defectos, pero hay que tener una buena dosis de paciencia ante el soberbio y el arrogante, aquel que quiere llevarse al mundo por delante. Sería bueno que esos individuos se den cuenta de que todos tenemos la necesidad de ser respetados, por encima de cualquier situación económica o cuestiones de clase. Y los políticos... qué decir de ellos. Cada día estoy más convencido que de ellos no se puede esperar nada. Que los problemas que aquejan al país tenemos que resolverlos nosotros mismos. Que las leyes que se puedan sancionar resultan sólo un paliativo. Pienso que vivimos demasiado pendientes de los ministros y legisladores, cuando puertas adentro no sabemos ordenar la economía doméstica. No sé, es un planteo medio tonto el que estoy haciendo, pero hay gente que gana buen dinero y se lo gasta todo en el Casino, por ejemplo. Podría extenderme más, pero llegó el momento de trabajar. Buenas tardes y punto final!

Siempre hay una buena excusa

  Cuando pasan varios años sin que te encuentres con alguien y esa persona aparece súbitamente en escena, pueden suceder dos cosas: O que te...