26 de septiembre de 2015

Hacerse cargo de lo que se dice

Es momento de pensar qué nos deparará esta incipiente primavera. Y qué parte de ese devenir depende de nosotros. Todos los años escuchamos decir que es "la estación del amor", las flores, mariposas, y cursilerías (boludeces, bah) por el estilo. Pero esto va mucho más allá, que una simple hoja del calendario. Es tiempo de ponernos en movimiento, de dejar de estar adormecidos, de actuar con conciencia cívica, como pueblo, pero no como rebaño. 
Me parece, precisamente, que durante años hemos confundido esto: pueblo y "rebaño". Todos somos el pueblo, pero no podemos actuar ni comportarnos siguiendo a la masa. Por algo somos seres individuales con capacidad para discernir. Considero esto de vital importancia porque si queremos un cambio, o si no nos satisface el Gobierno o sus medidas, debemos pensar en el pasado de cada uno de los candidatos y veremos que NINGUNO resiste un archivo. La mayoría fueron funcionarios de Menem o Kirchner, y en lo que respecta a Macri, me parece un "niño bien", que le hará un flaco favor a la República. Y ese concepto de República lo hemos perdido, porque nadie piensa en la división de poderes, si un juez me investiga y no me gusta, basta con removerlo y buscar otro afín que haga que el expediente en mi contra sea un mero trámite para dormir en un cajón. "Hacete amigo del juez", decía Martín Fierro. Cuánta razón tenía. Carlos Fayt, Ministro de la Corte Suprema, tiene 97 años. Presentó su renuncia para el 11 de diciembre. Con su longevidad, les aseguro que este hombre  tiene más lucidez mental que cualquiera de los cabezahuecas de Balcarce 50.
Punto final. 

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...