6 de junio de 2018

Vísperas del DIA DEL PERIODISTA: HONRAR LA PROFESIÓN

Considero fundamental honrar la profesión para la cual uno se capacitó y estudió. Y aún en el caso de aquellos que no han contado con la posibilidad de recibir una formación académica, me consta que hacen el esfuerzo por brindar a la sociedad lobense la información que demanda: desde los hechos de estricta actualidad, pasando por las notas o columnas de opinión, hasta el análisis político o editorial que es propio de cada medio. Precisamente, cada uno tiene un prisma diferente de la realidad, y eso es lo que hace enriquecedor este laburo. Cada cual tiene su propio estilo, su impronta, su forma de transmitir el mensaje a la opinión púbica. 

Me siento orgulloso de ser periodista, fue una vocación que tuve desde muy joven. Pude haber elegido profesiones mejor pagas, pero mirando hacia atrás, creo que no me hubiera sentido a gusto en ellas, ni hubiera rendido lo suficiente en términos laborales. Tengo un trabajo en el cual a veces no sucede nada relevante o de interés, y otros días te pasás todo el día en la calle buscando noticias y haciendo reportajes. No tenemos horario. Comemos a cualquier hora, porque a veces hay conferencias de prensa al mediodía, a las 2 o 3 de la tarde y hay que postergar el almuerzo, pero de ningún modo me quejo, es lo que elegí hacer, y volvería a elegirlo si se me presentara la oportunidad. 

El respeto a los colegas, es muy importante. Yo puedo no coincidir con muchos de ellos, pero no caigo en la descalificación, porque ellos tienen su modo de trabajar y yo el mío, y mientras no se entrometan con mi "modus operandi", no hay motivos para sentirse molesto. Y cubrimos las sesiones del Concejo Deliberante porque el pueblo debe saber de qué se trata, y vamos a los actos patrios, y a los protocolares, tratamos de estar cuando ocurre algún accidente grave que compromete la vida de un vecino... es el duro, pero gratificante, oficio de escribir. Se puede ser un excelente autodidacta o se puede aprender. Yo escogí este último camino, gracias a mis padres que me brindaron la posibilidad de estudiar, de conocer amigos entrañables, de empaparme de la bohemia de Buenos Aires. Hoy, eso ha quedado atrás, y es momento de cosechar la siembra de 15 años en el ejercicio de la profesión. Punto Final. Y gracias por la confianza a todos mis lectores. 

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...