1 de mayo de 2020

Un Día del Trabajador muy distinto a lo que solemos conocer

Comenzamos un nuevo mes, sin mayores expectativas. Todo hace pensar que esta situación se mantendrá, por lo menos, hasta septiembre u octubre. La verdad es que un día como hoy, pese a ser feriado, da tristeza ver las calles de Lobos totalmente desiertas, sin actividad comercial. Y lo que es peor, sin el ansiado permiso para poder hacer actividad física. Habría que pensar hasta cuándo el argentino promedio está dispuesto a vivir en esta condiciones, ya que nadie sabe cuándo se producirá el tan mentado "pico" de contagios. Es irónico celebrar el Día del Trabajador sin trabajo, todo se vuelve inverosímil e inexplicable. La mayoría de nosotros entiende el riesgo sanitario por el virus y que, por ende, no se debe circular. Pero siempre hay un grupo que aprovecha la miseria y la zozobra para obtener una tajada. Ni siquiera en 2002 vi a mi ciudad tan abandonada y vacía. Esto va a explotar en algún momento, porque en la sociedad se palpa un hartazgo que va alcanzando todos los niveles, desde el que no necesita trabajar porque tiene su situación económica resuelta, hasta aquel que vive de las changas que pueda hacer en el día. Por supuesto que también aparecen gestos nobles y solidarios, pero no "venden" en términos de difusión mediática, y a menudo pasan desapercibidos. 


La cuarentena ya nos está rompiendo la paciencia a todos, quienes ya buscamos infinitas maneras de sentirnos mejor ante el miedo y la incertidumbre. A la mayoría, estar viviendo esto nos pone de pésimo humor, lo cual no es políticamente correcto porque estallamos de furia con gente que no se merece nuestra ira. Nuestras familias también están padeciendo las horas ociosas, los cambios en los horarios, el encierro forzado, la falta de dinero. Hay momentos en que nos volvemos creativos, y otros en que tenemos ganas de mandar todo a la mierda y acostarnos a dormir una siesta. O tirarnos en la cama boca arriba mirando un punto fijo. 

Sé que hay gente que la está pasado mucho peor que yo, pero eso no es consuelo. Sólo quiero retomar mi ritmo de vida, porque esto ha alterado muchos de mis hábitos. En principio, me obliga a construir una nueva realidad, una percepción de las cosas que siguen siendo igual que siempre. Los que tenemos que adaptarnos somos nosotros, y no sabemos cómo. Como si existiera otro mundo en la superficie que implosionó de repente para dejarnos sin respuestas. De toda la gente que conozco, nadie ha podido sobrellevar el estrés y la carga emocional que ello nos trae aparejados.

Volveremos a la normalidad más gordos, desgastados y cansados, ya con una rutina que nos regularice el devenir cotidiano, pero con señales notorias de haber librado una batalla invisible. Pulmones tapados de nicotina y alquitrán, cirrosis, hígado graso. Habremos sobrevivido al COVID19, pero a un costo bastante alto.

De más está decir que nadie estaba preparado para afrontar esto, pero además, el Gobierno comete varios errores no forzados que hacen pensar que no están en sintonía con los intereses de la gente, como la liberación de presos, que en muchos casos tienen un prontuario que no justifica de ninguna manera que puedan caminar por la calle como cualquiera de nosotros sin haber cumplido su condena.El gasto político, es decir, lo que nos cuesta mantener a los ministros, diputados, senadores y embajadores, es de una magnitud tal que supera cualquier especulación. Sin embargo, salir al balcón a "cacerolear" por eso me parece una estupidez. Ellos, nuestra dirigencia política, siempre consiguen que persista la maldita grieta y que la gente pierda horas de su vida discutiendo al pedo, casi sin darse cuenta. Hay muchos idiotas útiles que contribuyen a la causa, vale decir, a que sigamos polemizando por cuestiones que no son prioritarias ante el hambre y la crisis que es el común denominador. Nos quedan 9 días más de cuarentena, y esto seguirá, lamento desilusionarlos. Hoy más que nunca, nuestra capacidad de adaptación está en juego. Punto final.  


Las preguntas obvias también merecen ser respondidas

Con el paso del tiempo, vamos cambiando. Eso no es novedad, lo novedoso es cómo interpretamos ese proceso. El destino nos lleva a enfrentarn...