19 de diciembre de 2020

Pateando basura en el callejón

 Fin de semana en la ciudad. La verdad es que los últimos 7 días transcurrieron rápido, o al menos es la percepción que uno tiene del tiempo. Voy decidiendo y planificando sobre la marcha, porque comprendí que proyectar demasiado no es bueno. Además, si no podés conseguir aquello que te propusiste hacer, inevitablemente te vas a frustrar. Es normal padecer una decepción o frustración, que muchas veces se da por motivos ajenos a lo que uno pueda realizar: amigos que nos fallan en el momento más difícil, expectativas económicas que se ven devastadas por la inflación, seguir consejos sin advertir su intencionalidad. Por ejemplo, mientras escribo estas líneas, no estoy pensando en la semana que viene. Pienso en las próximas 48 horas como máximo. Cuando hay que hacer una consulta médica y te dan un turno, sabés que vas a tener que esperar hasta que llegue la fecha. Y si te sentís mal antes de que eso ocurra, te la vas a tener que bancar a menos que sea una emergencia. La plazos que la gente maneja no son para todos por igual. Y lo que nosotros consideramos urgente o importante, para el otro puede parecer una boludez.

Cuando voy a presenciar una función de teatro, cine, o lo que fuere, me gusta que sean puntuales con el horario. Puede haber unos minutos de tolerancia, obviamente. Pero poco me importa si están aguardando a que llegue más gente para llenar la sala. Eso se llama respeto al público. Lo mismo podría mencionar de las conferencias de prensa, si por algún motivo he llegado tarde me la tuve que comer, pero esperar a otros, aunque sean colegas, no corresponden. Si trabajás para un medio grande de CABA, te pisan la cabeza. Cada cual hace su juego, y así debe ser porque la audiencia busca lo urgente, la inmediatez, y si le podés ganar al otro, mejor. Claro está que no estoy de acuerdo con las formas, pero fuera de ello siempre ha sido así. Cuando hago el programa de tele, soy el primero en llegar y el último en irme del estudio, por respeto al invitado. Pero bueno, cada uno tiene su "librito" con el cual manejarse. Buen sábado para todos. Punto final. 


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