4 de diciembre de 2020

Se agotó la paciencia, y se agotó el bolsillo

Somos animales de costumbre, como suele decirse. Por eso nos cuesta tanto adaptarnos cuando las cosas cambian. A veces tendemos demasiado a pensar "qué hubiera pasado si...", pero lo concreto es lo que tenemos: las autoridades que nos gobiernan, el poder judicial, y el Congreso. Nadie nos va a explicar cómo es posible que la Argentina tenga un 40 % de pobres. Porque uno lo que ve es un número, un porcentaje, sin embargo cada familia que cayó en la pobreza tiene una historia distinta. Son casi 20 millones de personas. Este gobierno se dice progresista, enarbola una serie de banderas y eslóganes que caen bien en cierto sector de la población. Pero cuando las estadísticas dicen lo contrario, es momento de pensar los límites de lo que comúnmente se denomina "relato". Pensé que después del desastre del macrismo, estos tipos venían a mejorar algo, pero encorsetaron la economía de tal modo que producir o fabricar cualquier cosas trae consigo innumerables dificultades. Suena bien para los oídos de la centroizquierda demonizar al empresariado, sin tener en cuenta que las empresas son las que más puestos de trabajo generan. Por supuesto, esto no significa encubrir o permitir los abusos en los precios de quienes ejercen una posición dominante. Cuando vos te despojás de las ideologías, ves todo con mayor claridad. Que eliminen el IVA a los alimentos esenciales como hizo Macri, no importa quién haya implementado tal o cual medida, porque lo que ha hecho Fernández y su séquito es incrementar los impuestos y crear otros nuevos. Lo ves cuando te llega la factura de luz o de gas, y en el importe está discriminado el costo del consumo y todos los anexos que son tasas e impuestos. Yo no digo que a esto lo puedan eliminar de un día para otro, pero ni siquiera tienen la voluntad política de hacerlo. Hay mucha gente que hubiera necesitado un cuarto IFE, y ni hablar de los jubilados a quienes tuvieron la caradurez de aumentarles un 5 %. Yo puedo entender que atravesamos una pandemia, que fue una situación excepcional, todo lo que vos me quieras argumentar. Pero se agota la paciencia, y se agota el bolsillo. 

Si yo respondiera al ideario de un determinado partido político, mi pensamiento estaría direccionado y sería tendencioso. Lo que está bien hecho, no merece ningún mérito porque para eso los votamos. Y lo que hay que corregir, es muchísimo. Fernández cae en la trampa de compararse con Macri para obtener un rédito político. Este recurso puede ser efectivo para sus seguidores incondicionales, pero al común de la gente no le interesa, lo que importa es que mejore la calidad de vida, que haya igualdad de oportunidades, reducir el enorme gasto público de asesores y funcionarios de segunda o tercera línea que están ahí pero nadie los conoce. La emisión monetaria es todo un tema, no debe ser fácil sin duda, porque la gente necesita efectivo y al no haber financiamiento externo, le dan a la maquinita de la Casa de Moneda. Esto en algún momento va a terminar de la peor manera, con inflación aún más alta, y no existe un "manual" para paliarla. Son una serie de medidas que se deben implementar y que ninguno de los economistas que quieren arreglar el país por televisión pueden atinar a resolver. En este gobierno hay personas capaces e idóneas, además de los eternos inoperantes. Pues bien, que aquellos que saben tomen las riendas de las decisiones que nos afectan a todos, más allá de la interna entre Fernández y CFK que flaco favor hace a los argentinos. Punto final. 

 

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