8 de enero de 2017

Cada uno carga con su historia

Cada persona tiene su propia historia. Están aquellos que nacieron en el seno de un hogar con buena posición económica, pero nunca tuvieron el afecto de sus padres, porque ellos estaban demasiado ocupados en hacer guita. Por otro lado, también están quienes crecieron en medio de la miseria y las privaciones, pero con una familia constituida, ayudándose entre todos como pudieran. Ambas situaciones, en el mayor de los casos, condicionan el desarrollo posterior del individuo. Pero cuando ya te acercás cierta edad, y el que tiene que ganarse el mango sos vos, te das cuenta de que lo que te tocó vivir antes fue sólo el comienzo del camino de la vida. Porque papá y mamá no van a estar por siempre, y en algún momento serás vos quien debas tomar decisiones duras, de esas que nunca imaginaste, esas que te enfrentan con el mundo y la sociedad. Sin embargo, cada vez que optás o decidís por algo, te sentís libre. Desde luego, podrás equivocarte o no, y llegado el caso deberás hacerte cargo y pagar las consecuencias. En la vida, 2 + 2 no es 4. Si fuera tan sencillo, la gente no sufriría, no tendría traumas, no haría terapia, y todos seríamos felices. A menudo tenemos que vivir el "día a día", porque si nos ponemos a pensar en el pasado que nos condiciona, viviríamos atados a un recuerdo con sabor amargo. Nunca vamos a poder despegar así. 

Y nuestro país, sigue el mismo derrotero que si se tratara de una persona. Seguimos aferrados al pasado, a las migajas de gloria y prosperidad que supimos conseguir como Nación, mientras todo se cae a pedazos: si hay miseria, que no se note, digamos. Las profundas grietas y enfrentamientos entre nosotros por cuestiones ideológicas no se van a resolver hasta que aprendamos que el otro piensa diferente y que eso no lo convierte en el enemigo Si todavía hay locos que se matan a tiros a la salida de un partido de fútbol, qué se puede esperar. Dejémonos de joder con el "neoliberalismo", "la década del 90", y ese infinito y errático rosario de episodios que ya no están. Y si están, es porque fuimos incapaces como sociedad para torcer la historia, para demostrarles a nuestros hijos que la salida no está en Ezeiza, sino en la voluntad de cada uno de nosotros. Aprendamos a discutir con altura, con fundamentos, dejemos de lado la agresión, la estupidez y el chicaneo constante. Podemos tener como presidente al ciudadano más probo y honesto que exista, pero si "el pueblo", la masa, la ciudadanía, sigue regodeándose con boludeces y mira para otro lado, el porvenir está lejos de ser venturoso. Siempre llegamos tarde, demasiado tarde, a todo. Nos damos cuenta de que nos estamos hundiendo cuando aparecen los botes salvavidas. Punto final.

Cayéndose a pedazos

  Nos estamos cayendo a pedazos. Más allá de lo desastroso que es el gobierno de Milei, y que salta a la vista, hay otros aspectos a conside...