19 de enero de 2017

Un descanso en medio de un verano frenético

Jueves por la noche en la ciudad. Retomo el contacto por este medio recién ahora, porque anduve "a full": este verano, al igual que el anterior, ha habido una actividad inusitada, en lo que respecta al a cobertura periodística. Y no podés permanecer ajeno a ello, si realmente considerás que lo que está pasando es de interés público. Asimismo, como muchos de ustedes saben, me insumió muchísimo tiempo lanzar el nuevo diario digital: www.lobos24.com.ar. Fue una experiencia gratificante haberlo logrado, pero desgastante, al menos hasta haber ajustado todas las clavijas. Ahora, está todo por delante: la posibilidad de expandir el mercado publicitario, de sumar lectores, de ofrecer un diseño moderno. Por todo lo expuesto, recién hoy pude tomarme un momento de distensión, ir a la pileta, nadar un poco. Es sorprendente lo bien que te sentís con el sólo hecho de darte el primer chapuzón, de relajarte, olvidarte del celular, de los mails, de los mensajes, de todo. A veces pienso que la única forma de desenchufarse, es irse a un lugar en el medio de la nada, donde no haya Internet, donde la gente tenga otra idiosincrasia. Por supuesto que, de estar todo el tiempo pendiente de la tecnología a volver a "foja cero", la transición no es fácil. Quién te dice, a lo mejor estás tan acostumbrado al ritmo frenético que vas a un lugar, no te lo bancás y te querés volver. 

La vida pueblerina trasunta por estos días con un mayor movimiento de lo que he observado otros veranos, no sé a qué atribuirlo, pero recuerdo que en determinadas horas no había un alma en la calle y ahora, si salís a las 4 de la tarde por ejemplo, siempre con alguien te encontrás. Es que también, entre estar encerrado en cuatro paredes y salir para cagarte de calor, a veces es mejor la segunda opción. Yo generalmente no me hago muchos planteos en ese sentido, cuando quiero salir, salgo, y si el calor aprieta siempre vas a encontra una planta con un poco de sombra. Dicho sea de paso, hay muchos barrios de Lobos que necesitan más forestación, y siempre ocurre lo mismo: actuamos tarde, en lugar de plantar árboles en otros meses del año para que crezcan y se desarrollen, cuando llega el verano es un caos porque todos los autos buscan estacionar debajo de la sombra. Sabido es que si dejás el auto al sol, cuando volvés a subirte parece un sauna, y no hay aire acondicionado que valga. 

Estoy en una etapa, como mencioné antes, en la cual se empiezan a plasmar proyectos que venían de larga data, y que por distintos motivos no había podido concretar. Lo más saludable, es tener expectativas razonables: los cambios no se percibirán de un día para el otro. Es todo un proceso en el cual estás involucrado, del mismo modo que cualquiera que se larga con un emprendimiento. Hay que armarse de paciencia, pero no dejarse doblegar en la adversidad. Punto final.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...