24 de enero de 2018

Las murgas vienen marchando

Las murgas, o batucadas, me sacan de quicio. Podría ser un poco más tolerante, entendiendo que se acercan los carnavales, pero durante todo el año padezco que interrumpan mi descanso. Debo considerarme un "privilegiado" por vivir cerca del Centro? Les aseguro que no. Pero como a nadie le importa, o nadie controla nada, estos muchachos le dan al redoblante a cualquier hora. Es cuestión de sentido común. Que busquen un lugar para ensayar y hagan lo que deseen, pero que no jodan al resto. 

Parece que tuviera 70 años esbozando este pedido, pero créanme que no se puede, noche tras noche, soportar una situación semejante hasta que estos chicos den por concluida su tarea. Se ha puesto de moda convocar a murgas para eventos sociales, pero me gustaría que fuera dentro de los límites de lo razonable. Por supuesto, no creo que haya mala intención, basta con que alguna autoridad competente regule esto, cosa que dudo que ocurra. Cuando me mudé a mi actual domicilio, allá por 2004, la contaminación sonora no era tan intensa como en estos últimos años. Probablemente, quienes integran estas murgas también buscan sus ratos libres, fuera del trabajo de cada uno, para ensayar. Ese es el problema. cada cual hace lo que se le da la gana. Y esto se hace extensivo a la recolección de residuos, a la mugre que se ve en las veredas de viviendas particulares sin que nadie se detenga 15 minutos a barrerlas, a una sensación de dejadez. Como diciendo: "Dejá, ya va a venir otro a hacerlo". Las baldosas flojas, o la ausencia de ellas, son casi una trampa mortal, especialmente en cuando llueve y si se trata de una persona mayor.
No es así, si sos propietario, debés cuidar el aspecto de tu vereda, de los desagües, porque tampoco vamos a caer en el facilismo de pensar que el Municipio es culpable de todo. Si vos arrojás a una boca de tormenta cualquier porquería, es inevitable que se tape, y cuando llueve fuerte esas calles se anegarán rápidamente. Es bastante irónico, nos creemos solidarios para las grandes causas que comprometen la salud de un lobense, pero no somos capaces para el mínimo mantenimiento del lugar donde vivimos. Punto final.

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Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...