29 de enero de 2018

Esos gestos de austeridad que son de cotillón

¿Qué loco, no? Hay quienes consideran un mérito que el Presidente Macri haya decidido recortar el gasto del Estado Nacional, y prohibir que se nombren familiares para cargos públicos. Lo que debió haber sido una constante en toda la vida (institucional) del país, se toma como algo ponderable. Es evidente que el escándalo del Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, fue lo que motorizó una reacción para brindar una especie de gesto de austeridad "a la gente". Y vos, a mí, al resto. Qué fácil es leer el titular y no tomarse el tiempo para leer un texto completo, y comprender que el "ahorro" que puede ocasionar este medida a las arcas nacionales es de apenas $ 1.500 millones. Sí, parece mucha guita, pero no es un monto significativo. Parece ser que estamos en el reino del revés, donde luego de años de despilfarro se anuncia con bombos y platillos este "ajuste" a funcionarios. 

En realidad, todo debería haber empezado por Casa (Rosada), antes de ir por los jubilados con la reforma previsional, antes de endeudarnos con organismos de crédito, antes de perder el tiempo buscando inversiones que nunca llegarán. Lo que ocurre es que la Argentina tampoco es un país normal, no creo que nuestros vecinos del Mercosur estén pendientes del dólar como nosotros, ni mucho menos que sean toleradas actitudes de un Ministro que son degradantes y vergonzosas. Como no tengo compromisos políticos con nadie, ni me afilié jamás a ningún partido, puedo hacer un juicio de valor crítico. Pero sin caer al extremo de C5N o Página 12, que no ven una sola propuesta positiva en estos dos años de gestión. 


Y mientras querramos seguir "arreglando el país" en la mesa de un bar, no vamos a ningún lado. Si cada 2 años hay elecciones, entonces que aquellos que se quejan de lo que está sucediendo, emitan un voto coherente con su forma de pensar. De más está decir que cada uno es libre de pertenecer al partido político que desee, y nunca voy a cuestionar eso, la participación ciudadana. Lo que cuestiono es el doble discurso. Una cosa es votar a Cambiemos con la convicción de que es la mejor alternativa, y otra es hacerlo con revanchismo y en oposición a "los 12 años" en los que "se robaron todo". Por lo general, vamos a terminar de pagar la fiesta cuando termine, y en tal caso sería en 2019. Si es que Macri no es reelecto, claro está. "El pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes", dice la Constitución. No hacen falta más explicaciones. Lo único que podemos hacer es dar lo mejor, cada uno desde su trabajo, y votar cada 2 años conforme a nuestras convicciones. Parece simple, pero no lo es. Porque las facturas de luz y gas no son gratis, ni el litro de nafta para el auto. Hay que resistir, sin violencia, y soportar el vendaval. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...