25 de agosto de 2018

El Hospital, de mal en peor


Desde hace tiempo que la atención en el Hospital deja mucho que desear. Tengamos en cuenta que es el primer centro asistencial al cual una persona es derivada en caso de un accidente en la vía pública. Ante todo, debo decir que en mi caso, las veces que tuve que ir al Hospital para atenderme en la Guardia o por una internación, lo hicieron con profesionalismo y calidad humana. Pero no por ello puedo desconocer otros casos, de los cuales uno se entera a diario, como falsos diagnósticos, es decir que el médico receta un determinado remedio que no tiene nada que ver con el cuadro clínico del paciente.

Además, como el Ministerio no está pagando a los profesionales sus sueldos o honorarios, muchos han optado por dejar de ir y trabajar en el sector privado. Y la Terapia Intensiva, que se construyó con el esfuerzo de todos los lobenses, corre el riesgo de quedar sin un médico responsable de dicho servicio.
Esa situación  no es nueva, y hace décadas que el sistema de salud pública no funciona como los pacientes se merecen. Las huelgas o reclamos de los sindicatos son entendibles, pero estamos hablando de la salud de la gente, que no puede ir a una clínica privada y que necesita asistencia médica. Nuestro país ha sido emblema en la región por la salud pública y gratuita, y por garantizar a todos los ciudadanos el acceso a los medicamentos que necesiten. Pasan los directores, y vemos que todo sigue igual, con algunos breves períodos en los cuales las cosas parecen encaminarse. Por supuesto que sería injusto generalizar y decir que todos los médicos son negligentes. No es así. Considero que el período de mejor gestión que tuvo el nosocomio (en tiempos recientes), fue cuando el Dr. Giavino se hizo cargo de la Dirección. 

Los principales problemas que los vecinos denuncian ocurren en el servicio de Guardia, que es a donde uno acude ante una emergencia. Y es de público conocimiento que muchos médicos extranjeros flojos de papeles, luego del escándalo del Hospital Marzetti de Cañuelas, se fueron en una suerte de "éxodo" ante la posibilidad de que un desquicio similar estalle en Lobos. La Cooperadora hace lo mejor que puede, pero a mi criterio no es la función de ésta pagar sueldos, sino contribuir de otra manera, por ejemplo, para refacciones edilicias. Así las cosas, y ante los reclamos que se multiplican, urge llamar a un concurso para convocar a nuevos profesionales que reemplacen a los que se fueron, y ofrecerle condiciones de trabajo atractivas que los motiven a radicarse en nuestra ciudad para prestar servicio en el nosocomio. Punto final.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...