5 de junio de 2019

Objetivo número uno: no claudicar


Hola gente, como va? Me temo que este mes no será tan productivo como el anterior en materia de textos para el blog, probablemente porque la campaña política en ciernes me insuma demasiado tiempo. Por motivos de trabajo, he llegado demasiado cansado como para garabatear algo sobre el teclado de la PC. El domingo es, por lejos, el peor día de la semana, aunque es seguido de cerca por el lunes. Muchas personas de mi entorno con quienes he abordado temas cotidianos como éste coinciden en mi diagnóstico, y casi todas admiten sentir esa depresión y melancolía instrínseca de la jornada dominical. Hay quienes encuentran solaz y esparcimiento en el fútbol, ya sea practicando este deporte, viendo un partido por TV o escuchándolo por la radio. Como los lectores saben, en otras oportunidades he confesado mi desencanto con el fútbol, y con todo acto público que provoque la enfervorización de las masas. Por supuesto, esto no quiere decir que reniegue de lo popular, pero cuando algún hecho trae consigo la irracionalidad y el descontrol masivo, a favor o en contra, es preferible huir del rebaño. No me imagino ovacionando a un político en un acto partidario, por ejemplo. Pero quizás sí me sienta parte de la multitud en un recital de rock, donde se supone que todos los concurrentes están ahí por el mismo motivo.

El invierno llegó anticipadamente desde mediados de abril, y los bruscos cambios de temperatura siempre terminan pasando factura. Siempre trato de no pensar en el lunes, en la rutina, en la vorágine, en levantarse temprano... ¡en fin, en tantas cosas! Sinceramente no pude aprovechar demasiado mis ratos libres, llega el viernes y uno se imagina un fin de semana distendido y visitando amigos, pero por distintos motivos a veces no se da de esa manera. Ya habrá oportunidad, desde luego, de planificar un poco más las cosas para hacer que ese tiempo libre rinda un poco más.
Los días de frío me dan ganas de quedarme en casa, acurrucado en la cama, debajo de una capa de frazadas, y escuchando la radio con el volumen bajito. Pero como ustedes saben, los domingos la radio no tiene mucho para ofrecer que no sea fútbol.

 Por supuesto, mi ánimo y voluntad puede variar en las próximas horas, y nunca hay que descartar la posibilidad de quedarse en casa escuchando música tirado en la cama en los momentos de ocio y descanso, hasta que el sueño comience a envolvernos. O engancharse con una película que pasan en la tele. Como verán, cuando uno va envejeciendo, las expectativas que se va creando son más modestas. O en todo caso, son más cercanas a la realidad y alejadas de los ideales. Me parece muy meritorio que una persona tenga ideales y que los sostenga, siempre que tenga claro lo que son y el abismo que los separa de la realidad. En fin, para el próximo posteo prometo recargar las pilas, afinar la puntería y darle forma a todo el momento que estoy viviendo y que deseo compartir con ustedes. Me siento satisfecho por varios objetivos que, poco a poco, voy concretando. Un abrazo a todos lo que visitan (y leen) este humilde espacio, y sigamos manteniendo este blog para comunicarnos. Punto final. 

Fin de semana lleno de preguntas

Llegó el finde. Son las ocho y cuarto AM, me levanto de un tirón pese a que no tengo ganas, y es por la sencilla razón de que no creo que co...