21 de octubre de 2019

El agujero negro de la corrupción: ¿Alguna vez saldremos adelante?

Trato de sacarme de la cabeza por un momento la "rosca política", los debates presidenciales, y pensar que quizás las cosas no cambien tanto, gane quien gane en la Rosada. La pobreza, la caída en las ventas, las tarifas de los servicios, son indicadores que no se modificarán sustancialmente en el corto plazo. Tanto los que apoyan a Fernández como a Macri tienen muchas contradicciones, y en el último debate se vio cómo buscan sacar provecho de ellas para chicanear al adversario. La verdad es que hemos sido un pueblo bastante manso. Si nos rebeláramos contra los aumentos del subte o de la nafta (como sucedió en Chile y Ecuador), a quienes nos gobiernan no les hubiera quedado alternativa que dar marcha atrás con estas medidas que te destruyen el bolsillo. No estoy avalando la violencia, hay diferentes maneras de protestar. Creo que una de ellas la veremos en estas elecciones, ya que el peronismo volverá al poder aunque sus candidatos sean impresentables. Si vuelven, no es por méritos propios, sino por la incapacidad de los otros. Siempre fui respetuoso de la voluntad popular, aun cuando yo haya votado distinto. Y lo seguiré siendo, porque así funciona la democracia, es meramente representativa. 

Algunos ya hablan de la posibilidad de dolarizar la economía y tomar como moneda de curso legal el billete verde. Ciertamente los países que adoptaron esa política monetaria no son ejemplos de desarrollo: Ecuador, Panamá, El Salvador. Por lo tanto, en lugar de hacer la más fácil, el que sea Presidente deberá acordar con todos los actores sociales, que estén todas las patas de la mesa: industriales, empresarios, sindicatos, delegados de gremios, etc. Necesitamos gente capacitada, que pueda sacar el país adelante, y hasta que eso no suceda no vamos a poder despegar. Cuando un gobernante toma una decisión, debe saber que está afectando o beneficiando a millones de personas. No estoy de acuerdo a que valga todo con tal de que "los números cierren", porque somos ciudadanos, no cifras. Si hay un déficit, por supuesto que hay que sanear la economía y no seguir perdiendo guita, pero no a cualquier costo. Hace tiempo ya que estoy desencantado de la dirigencia política, sobre todo porque muchas veces no me siento representado. Si no se despilfarraran tantos recursos y los bolsos y sobres de la corrupción, seguramente no habría que lamentar la falta de obra pública, y el estado lamentable de la educación. No es ni más ni menos que un gran "agujero negro" donde se pierden miles de millones por la inmoralidad de quien roba es juez y parte, porque formar parte del Estado pero le roba a él. Punto final.

Un recinto que hace rato dejó de ser “honorable”

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