5 de octubre de 2019

Jugando la última carta antes del naufragio

La inoperancia de Cambiemos para medir el pulso de una sociedad es asombrosa y no deja de sorprender. La ciudadanía les otorgó un "cheque en blanco" en 2015 para que rompieran con los desaciertos de los K. Ganaron en 2015 y en 2017. Dilapidaron el capital político que obtuvieron en las urnas, implementando un ajuste económico sin precedentes para reducir el déficit fiscal. Por supuesto, reducir el déficit es un objetivo que cualquier gobierno debe tener en cuenta, pero no a costa de eliminar subsidios y emprender una reforma previsional que condena a nuestros jubilados a la miseria. Creyeron que el electorado los acompañaría incondicionalmente esta vez, pero en las PASO perdieron de un modo tan rotundo, que pensar en un escenario distinto para octubre parece una utopía. Ellos siguen convencidos, o tratan de convencerse, de que podrán revertir un resultado, algo que sería digno del Guiness. Consumada la derrota, empezaron a hacer algo, parece que se despertaron de la siesta y se acordaron de gobernar, con el famoso "plan alivio" de Macri que caducará en breve, una suerte de paraguas para contener una inundación. Vale decir: totalmente insuficiente. Tuvieron condiciones inmejorables para hacer una buena gestión, pero en su afán de diferenciarse del denominado "populismo", castigaron a la clase media con tarifas exorbitantes, aumentos de peaje y combustible, alimentos, y cualquier rubro que a usted se le ocurra mencionar. Es sorprendente que todavía haya gente que los apoya y que se ilusiona con "dar vuelta" la elección. Sobre todo, si hablamos de personas que padecieron la crisis y que están dispuestas a quemar las naves porque les vendieron el verso de la obra pública. Como sostengo siempre, la gente no come hormigón de las cuadras de asfalto. Los índices de pobreza e indigencia son alarmantes, lo que pasa es que la mayoría no reacciona porque todavía no se considera pobre, aunque no llegue a fin de mes. La típica hipocresía argentina.

Si el neo-kirchnerismo vuelve al poder, será consecuencia de que Cambiemos no colmó las expectativas del electorado, que ve cómo se deteriora su calidad de vida. Lamentablemente, hay cierto sector reaccionario y fascista que sigue calificando a compatriotas suyos de "negros", "vagos", y "planeros", entre otros calificativos. Pues bien, la gente que se expresa de esa manera es la que volverá a votar a Macri, porque cree que el Presidente va a eliminar la ayuda social cuando lo que ha hecho en los últimos meses no es más que incrementarla. No es causalidad que la política argentina se parezca al reino del revés, sino que se justifica por todo lo que son capaces de hacer nuestros dirigentes con tal de conseguir un voto. Punto final. 

Las preguntas obvias también merecen ser respondidas

Con el paso del tiempo, vamos cambiando. Eso no es novedad, lo novedoso es cómo interpretamos ese proceso. El destino nos lleva a enfrentarn...