8 de octubre de 2019

Escenario de crisis

Estamos en el fragor de la campaña, y se escuchan propuestas de todo tipo, algunas de ellas que son inviables y que persiguen fines meramente electoralistas. Para combatir el hambre en la Argentina, hace falta un plan serio. Esto implica un acuerdo con todos los sectores de la cadena productiva, para que los alimentos sean al alcance de la mesa familiar, y además una recomposición de los salarios. Todos los días veo por las redes sociales, publicaciones de gente de Lobos que busca trabajo. Chicos más jóvenes que yo, inclusive, que necesitan de una oportunidad. Esta situación no se va a revertir fácilmente. Las empresas, en lugar de tomar empleados, están reduciendo personal. ¿Cómo salir de ese "cuello de botella"?

Todos sabemos que es casi un hecho que el dólar pegue un nuevo salto hasta límites insospechados, por la incertidumbre que hay y la especulación financiera. Eso no sería mayor problema si la suba de la divisa no se trasladara a los precios minoristas. El Gobierno es conscientes de que "quemar" reservas para contener la escalada de la divisa no es la mejor solución, es un recurso inútil y agotado.

La mayoría de la gente apuesta a ganar, o a salir lo mejor parada posible, ante un panorama poco alentador. Pero hay muchísimos factores que escapan a tu alcance y que ni siquiera merece la pena mencionarlos. Cuando apostás, como sucede en los juegos de azar, hay dos alternativas, ganar o perder. Y el problema es que interpretamos algo que nos llevó mucho esfuerzo y no nos salió bien, como una derrota o un fracaso. ¿A quién no le ocurrió alguna vez? No existen los triunfadores natos. La vida es prueba y error, así de simple. 
Por ese motivo, no podés pensar que todo el mundo está en contra tuyo y que el dueño de la verdad sos vos. 

Hay momentos en que hay de jugársela, cualquier sea el resultado. Tenés que saber que vos estás siendo tu propio enemigo si no actuás de una vez. Si no te "activás", como se acostumbra decir ahora. Y no voy a negarlo, no es nada fácil encontrar un estímulo, un incentivo. Al principio te va a costar empezar de nuevo, pero tenés dos opciones: o salís a la calle y te involucrás a lo que pasa en la sociedad, en tu propia comunidad, o te quedás encerrado entre cuatro paredes. Una vez más, la decisión es tuya. Punto final.

Las preguntas obvias también merecen ser respondidas

Con el paso del tiempo, vamos cambiando. Eso no es novedad, lo novedoso es cómo interpretamos ese proceso. El destino nos lleva a enfrentarn...