8 de octubre de 2020

¿Basada en una historia real? Crónica de una "película" que tuvo buenos guionistas

Esta semana, el tema excluyente y que alcanzó una repercusión mediática inusitada, fueron los presuntos sobreprecios en el Consejo Escolar. De más está decir que la relación entre quienes integran este cuerpo colegiado está prácticamente rota: de un lado están los cuatro que fueron blanco de la denuncia de Mariana Cosso, y del otro está la propia Cosso y la consejera de la oposición, Guillermina Gaitón. A mi modo de ver, el tema está agotado, a menos que la Provincia decida seguir avanzando y se haga una auditoría de las contrataciones o licitaciones. Es probable que ni la propia denunciante imaginara el impacto mediático que iba a tener la nota que fue publicada en un semanario y que generó especulaciones y opiniones de todo tipo. Sabemos que la política está metida en todo, pero con los fondos públicos nos tenemos que dejar de joder (planteo utópico). Hay explicaciones tan inverosímiles para lo sucedido, que uno se pregunta si esta gente realmente está preparada para el cargo que ostenta. Cuando se intenta relativizar un hecho sobre el cual los argumentos no convencieron a nadie (me refiero a los 4 consejeros que hablaron con la prensa), estamos en problemas. Reitero, por si hiciera falta, que no me caben dudas de que son personas de bien, y por ese mismo motivo, reconocer que hubo una irregularidad hubiera sido un gesto que los enaltece. 

Mientras tanto, los partes de prensa que envía el Equipo Intersectorial registran una cifra sospechosamente baja de casos positivos. Digo esto, porque no veo que la conducta de la sociedad lobense haya cambiado de un modo notable, de un mes a esta parte. Se repite como un mantra, en el resumen diario que recibimos, que hay "2 fallecidos por otras causas". Esto me parece un engaño: esos dos pacientes contrajeron COVID, que tuvieran una patología de base es harina de otro costal, y por ende, murieron de Coronavirus, pero para la gente que envía diariamente los comunicados, estas víctimas continúan en un limbo. Es lo mismo que una persona que tiene HIV, si por su deficiencia inmunológica tuvo una neumonía y falleció, el diagnóstico es que murió de SIDA, esa es la cruda realidad. A modo de ejemplo, en los '80 los músicos Federico Moura o Miguel Abuelo murieron de Sida, a consecuencia de un cuadro que les mermó las defensas naturales del organismo ante cualquier virus. 

Contabilizar solamente a los residentes en Lobos según conste el domicilio en el DNI, también es polémico. Hubo casos de pacientes de nuestra ciudad que fallecieron en otros distritos, y mi criterio es que deberían ser considerados en las estadísticas y en el informe que nos envían a los medios todos los días. 

Lo bueno es que la sociedad en general, no es testigo pasiva de lo que se informa oficialmente. Participa, critica, cuestiona. Cuando publicamos un parte de prensa policial y no consta la identidad de los delincuentes, debo decir que los periodistas somos los primeros en reclamar que se haga público el nombre de esos sujetos, pero hay lectores que no saben esto y que nos reclaman (no siempre en términos respetuosos), por esa omisión que no es responsabilidad nuestra. Para finalizar, hay muchos "trolls" en Lobos que operan en las redes sociales, gente a la que seguramente "alguien" le otorga una retribución para estar todo el tiempo con la computadora o el celular defendiendo al oficialismo. Digo esto porque no es casualidad que siempre sean los mismos, o que utilicen perfiles truchos en Facebook o Instagram. Esto ya lo he mencionado en otra nota, pero no está de más tenerlo en cuenta, porque desde el anonimato somos todos guapos y publicamos cualquier difamación. Cuando lográs identificar a algunos de estos empleados tipo call center y los confrontás, lo más probable es que se queden sin argumentos. Punto final, nos encontraremos pronto. 








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