21 de marzo de 2021

Adiós al "veranito" y vuelta de página

Se fue el verano, tan sorpresivamente como llegó. Hoy tuve que cubrir las elecciones internas de la UCR, lo cual me demandó varias horas, en las que sudaba la gota gorda sin comprender por qué. ¿Ansiedad? Puede ser. Exceso de abrigo también. Ya con el resultado consumado, volví a casa para descargar las fotos que había sacado y editar el material. Me dio bronca conmigo mismo porque las fotos no salieron tan nítidas como yo pensaba, y el lector se merece lo mejor. Por esa razón, retocar las fotos (más de 50), y elegir las más logradas, trajo consigo un trabajo adicional. Si yo considero que algo no me satisface, menos puedo brindárselo a los lectores. 

La derrota del oficialismo partidario marcó un quiebre en el centenario partido. Es más, es algo histórico. No estoy diciendo que esté bien o mal quién ganó o quién perdió, no me interesa entrar en esa discusión porque no soy militante ni afiliado. En circunstancias normales, la comicios de la UCR nunca llaman demasiado la atención. Esta vez ocurrió lo contrario, porque los "díscolos", es decir, aquellos que reclamaban mayor protagonismo al radicalismo, cayeron derrotados. Si te ponés a pensar, era una de la posibilidades: ganar o perder, así de simple. El que jugó fichas para ambos salió con lo puesto, el que se jugó todo por la lista spinosista, se quedó sin nada. 

Entonces llegó el momento de negociar. El tema es que el perdedor siempre tiene menos margen para establecer condiciones en una negociación de esa naturaleza. Todos los sectores afines al Ejecutivo salieron fortalecidos, en parte, porque se movilizó a todos los empleados municipales para que fueran a votar. Y viendo los números, está claro a quién votaron. Sin embargo, hubo una diferencia de 42 votos. No parece mucho, fue una elección reñida. Pero es como el fútbol: si ganaste por un gol de un penal mal cobrado, ya está. Ganaste. Lo mismo sucede aquí. Aun si hubiera una diferencia de un voto, con eso alcanza. 

Pueden haber existido muchas "irregularidades", pero eso pasa en las mejores familias. Si sucede acá, imaginate en el Conurbano, donde (al momento de escribir esta nota), Abad y Posse peleaban voto a voto. 

Volvemos al principio, el "veranito" dijo adiós. A vaciar la pileta hasta la próxima temporada. Empieza, ahora que el camino se allanó, la campaña rumbo a octubre, que será mucho más feroz que ésta.  No sabemos aún si habrá PASO. No hay razón para que las haya, en medio de una pandemia. Pero eso ya está fuera de nuestra capacidad de análisis. Bien se podría afirmar que, a partir de mañana, comienza oficialmente la campaña más jugada y audaz desde 1983 en Lobos. Habrá muchos "trapitos al sol" y denuncias cruzadas, sólo resta sentarse a esperar. Nos estamos viendo pronto. Punto final.


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