Yendo a otro tema, me parece alentador que vaya a salir una revista cultural en Lobos, después de mucho tiempo en que nadie se animaba a invertir en ese tipo de publicaciones. Nadie tiene el éxito garantizado, y siempre cuesta empezar un proyecto nuevo, pero le pongo unas fichas porque es una manera de salir de la chatura que percibo muchas veces, y que obviamente se notó más el año pasado, en el pico de la pandemia. Quienes colaboren en la revista podrán ejercer su libertad de crear literatura, o relatar anécdotas curiosas de la vida pueblerina. Aunque no lo parezca, también jerarquiza a este emprendimiento que se le ponga un precio. Pagar por leer un diario, un libro o lo que fuere, hace que la exigencia del lector sea de un producto de calidad. No un folletín cualquiera que se reparte gratis en lugares supuestamente "under". Hago la salvedad de que hubo revistas de distribución gratuita que tenían buen material, pero muchas limitaciones que son propias de los costos que se manejan.
Es más, que haya una editorial en nuestra ciudad (me refiero a Luna de Marzo), es también auspicioso dado que permite que todos puedan publicar. Cuando digo "todos", me refiero a los que consigan los fondos necesarios, por supuesto, pero hay alternativas muy interesantes para que no resulte tan oneroso. Me preguntan con frecuencia cuándo voy a publicar un libro, y lo que puedo decirles es que quiero estar satisfecho con los textos que vayan a ser impresos. Si a mí no me convence, menos aún puedo esperar que el lector se sienta motivado a pagar por un ejemplar. Ese momento llegará, no diré nada por ahora, pero de seguro llegará. Porque también es cierto que si uno se pone a corregir todo lo que escribió de forma obsesiva, no termina nunca. Mientras tenga tiempo para seguir escribiendo por el placer que me genera, lo seguiré haciendo. Probablemente en unos años no tenga ni las ganas ni el tiempo, así que es mejor aprovechar mientras se pueda. Punto final.
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