12 de octubre de 2022

Nota mental: no hay recetas para el éxito

Hay tareas laborales u obras artísticas que demandan mucho esfuerzo o dedicación. Sin embargo, no siempre esto trae aparejado una buena recepción del público. Es que, en realidad, al público no le interesa cuánto tiempo te llevó concretar o plasmar el resultado final. Quien es el depositario de lo que hacés ve eso que vos elegís mostrar, lo demás es irrelevante. Del mismo modo, hay cosas que uno hace fácilmente porque ya aprendió lo suficiente para que salgan casi "de taquito", y el público las recibe de una manera positiva. Lo cual no hace más que reforzar lo que pretendo plantear al comienzo: La gente ve lo que vos hacés por tu trabajo (si es que éste te permite un margen de creatividad), pero no todo el proceso que tuviste que desandar para llegar hasta allí. 

¿El éxito comercial es fácil de conseguir? No lo sé, no vamos a entrar a definir qué significa "éxito" porque no terminaríamos nunca.Ni el diccionario alcanzaría porque cada uno lo interpreta de una forma diferente. Pero si le encontraste la vuelta, la fórmula precisa, no lo veo tan difícil. Y ese es un caso que representa lo que decía: Si el libro, la película, la nota periodística, sale de un modo tan prolijo y natural que la persona que recibe este material por el medio que fuere, no puede menos que dar su aceptación y satisfacción. Repetir la fórmula, puede que te lleve a desarrollar un estilo por el cual la gente te distinga, pero como ya no hay mucho para inventar, yo diría que eso te puede durar hasta que la gente deje de seguirte porque encontró otro que les genera más fascinación que vos. Todo esto, por no mencionar las equivocaciones por doquier que uno puede cometer en ese camino, quizás guiado por consejos más propios de empresarios que de otra cosa. 

¿Y entonces, qué pasa? Y, a decir verdad, podés seguir con lo que venías haciendo mientras consideres que está bien hecho, pero ya resignando toda aspiración a esperar el "aplauso" de nadie. O, por otra parte, está la opción continuar buscándole la vuelta para que la gente te vuelva a elegir, que sería como reconquistar a un viejo amor que parece habernos dejado para siempre. Yo elijo hacer mi laburo a conciencia, y lo mismo cabe si intento escribir algún relato de ficción. Si me parece una porquería, ya es motivo suficiente para empezar de nuevo, no importa cuánto tiempo me lleve. Es por respeto al público. Que haya gente que consume basura a sabiendas de que eso que ve o lee es una mierda, correrá por cuenta de ellos. El éxito puede servirte si lo conseguís traducir en guita, si lo podés monetizar, pero cuando te bajaron el pulgar o dejaste de tener el respaldo de una cantidad significativa de seguidores, ya nadie inverirá un mango en lo que hacés. En tiempos de Instagram, uno está acostumbrado a hablar de seguidores, pese a que no siempre el rebaño digital te hace más popular, algo que la gente que maneja las redes de los famosos aún no lo entendió del todo. Por "seguidores", entiéndase a la gente que te respeta por lo que hacés y que, llegado el caso, banca tu proyecto económicamente. Lo demás es puro cuento, y metafóricamente hablando, no conviene insistir para seducir a la chica que ya te dijo que no. Es mejor buscar a otra persona que y que ese romance sea mutuo, además de que no hay otra forma de entender una relación si no hay un feedback. Le damos pausa al teclado para esta nota, y nos estamos viendo pronto. Punto final. 

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