Lunes por la noche en la ciudad. Aproveché buena parte del domingo para dormir unas horas más y leer varios libros que fui postergando. Hay días que se vuelven eternos, y también abundan aquellos donde queda la sensación de que las 24 horas terminaron demasiado rápido. El inicio de semana no fue excesivamete complicado. El Muncipio estuvo cerrado por el Día del Empleado Municipal, y los bancos por el Día del Bancario. De manera que mañana martes, ambos lugares estarán bastante abarrotados.
Al hacer mi trabajo, trato de conectarme con el placer de laburar de lo que elegí, creo que esa es la clave que a veces uno mismo no consigue comprender. Mi objetivo de hoy, más que tirarme en la cama a escuchar música o perder tiempo en las redes sociales, es darle para adelante con contenido que sea creativo u original. Pero no hay que perder de vista el manejo de los tiempos: Siempre es bueno bajar un cambio antes de que el "auto" derrape en la curva. Todos sabemos la locura con la cual vivimos en este siglo, que se da a todo nivel, pero tenemos que ponerle un límite a eso: Con algunas estrategias, es posible cumplir con todo sin dejarse llevar por la vorágine.
Descubrí que, más
allá de todo lo que pueda llegar a pasar, es interesante buscar tutoriales o
información para resolver problemas domésticos: de ese modo me mantengo ocupado
aprendiendo algo y no me quedo encerrado en mi casa. El uso de Internet que
cada persona hace está basado en lo que considere útil, al menos para mí. No
puedo estar usando el celular 4 horas diarias, es demasiado. Por eso lo apago
por la noche, como solía hacerlo antes, salvo en caso de que espere un llamado
o un mensaje en particular.
Desde que comencé
con este blog, en junio de 2005, nunca se me cruzó por la mente la idea de
dejarlo. Sí es cierto, y lo podrán notar quienes siguen las notas que he
publicado desde aquí, que hubo meses en los que mantuve este espacio un poco
"abandonado". Me refiero a que no lo actualizaba con la frecuencia
que, a mi criterio, ameritaba un blog como el que yo pretendo construir.
Lentamente fui encontrándole la forma a lo que iba haciendo, tomándome el
tiempo necesario para decir lo que quería, y sin caer en obviedades. A veces no
tengo ganas de escribir porque me siento cansado físicamente. Sin embargo,
descubrí que ese proceso va fluyendo solo. La idea siempre ha sido que el hecho
de expresarme por este medio aporte un punto de vista distinto, de lo contrario
no tiene sentido "castigarse” redactando un post.
A menudo escucho
a mucha gente hablar de literatura como si fuera algo abstracto, o a lo cual
sólo tienen acceso las personas que tienen una biblioteca de nogal y fuman
tabaco con una pipa sentados en un sillón de terciopelo. La literatura se
construye de un modo muy diferente, y lo que yo hago se sustenta con esa línea
de pensamiento. Es decir: esto que estoy redactando puede ser considerado un
texto literario o no, más allá de que no escribo boludeces. Cuando no surge
nada que me inspire, prefiero dejar todo como está hasta más adelante.
A decir verdad,
no escribo lo primero que me viene a la mente. De hecho, no creo que ningún
escritor serio lo haga, salvo que cultive alguna veta literaria surrealista que
le dé mayor margen para ese "fluir del pensamiento". Yo banqué a este
blog incluso cuando no tuve Internet en mi casa y debí volver a los cybers para
actualizarlo. Yo defiendo lo que hago aunque carezca de valor económico. En
principio, porque si no le doy valor yo, nadie lo va a hacer por mí. Y creo que
todos deberíamos actuar en la misma línea ante cada cosa que hagamos, si realmente
consideramos que merece la pena. Y aquí cabe hacer una salvedad: no importa si
para los demás tiene valor, mientras que para vos resulte significativo. Por
eso, reitero: defendamos todo aquello que hagamos y que nos insuma un esfuerzo
intelectual, porque estamos rodeados de idiotas que critican sin hacer nada. Y
bien sabemos que, hagas lo que hagas, igual te van a criticar.
Hay días en que
me veo, físicamente, mejor que otros, en los cinco o diez minutos que estoy en
el baño lavándome las manos y me miro al espejo. La vida en sí misma es un
viaje y nunca sabemos qué nos irá a deparar el destino. Yo creo que las cosas
pasan por algo, pero también creo en el azar. Qué contradicción. ¿Difícil de
entender, verdad? Es que a veces nos ocurren hechos imposibles de explicar, y
ojo que no hablo de nada "paranormal". Me refiero a situaciones
cotidianas que nos sorprenden y nos hacen reflexionar acerca del sentido de
varias cosas que ya damos por sentado que son así.
Otra pregunta
retórica, digamos: ¿Qué sucederá en la Argentina si quienes nos gobiernan son
unos inescrupulosos y cínicos que desconocen la realidad? Hay gente que vive en
countries o en barrios privados y que nunca vio a un pobre, excepto por
televisión. Están inmersos en una "burbuja", tienen sus propios
colegios, clínicas, canchas de tenis, golf, y todo lo que uno pueda imaginarse.
La pobreza y la marginalidad se están llevando puestas a una generación que
tendrá una concepción muy diferente del mundo respecto de la que tuvimos
nosotros. En fin, me puse a divagar y creo que me fui de tema, que a su vez
daría para profundizar un poco más. El pueblo no puede dejarse dominar por
fabuladores o déspotas. Ojalá alguien entienda el mensaje. Punto final.
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