14 de marzo de 2024

¿Cuál es el costo que hay que pagar?

Cuando te sentís agotado físicamente, lo positivo es que no tenés tiempo -ni ganas-, como para pensar en otra cosa. Sólo querés descansar y recuperarte para seguir adelante con lo que te queda en el resto del día. Relegás a un segundo plano todo lo que serían preocupaciones superfluas, discusiones boludas, o temas más sensibles como los aumentos que te golpea el bolsillo. No es fácil establecer prioridades, pero es la única forma que conozco de no caer en un pico de estrés.

El cansancio excesivo te lleva a actuar como un autómata. De hecho, puede ser que transitoriamente te dé todo lo mismo. Pero desde un dolor de espalda hasta una migraña, todo está ligado a tu cerebro, cuya función (en ese caso), se limita a bloquear ese torbellino de pensamientos que vienen y van, y que cobran mayor presencia cuando estás muy ocioso. Claro que si uno no reacciona con prontitud para resolver un asunto que se te va de las manos, los hechos no se modificarán por sí solos. Al dejar de darle tanta rosca a lo que pueda pasar, esa parte de tu "disco rígido" permanece inactiva, te da un respiro, como cuando ponés a la computadora en función suspender o hibernar. A decir verdad, continúa funcionando, pero (retomando la analogía anterior) solamente se activa cuando el usuario presiona alguna tecla o hace un movimiento con el mouse. 

Tu cerebro no se apaga del todo, se asemeja a la lucecita roja de un monitor y un televisión que está en “stand by”. Es posible que la fatiga mental contribuye a la física, o viceversa. No soy médico, pero podría afirmar que un trastorno psicosomático: Mientras estés vivo, no se puede separar a la mente del cuerpo, porque ambos te pasan factura por lo que hagas o dejes de hacer. Es el mismo cerebro el que contribuye al dormir, por eso hay gente que toma melatonina, para reforzar el efecto que tiene esa hormona que tu propio organismo libera para regular el sueño.

 

Esta semana fue particularmente intensa, pero no lo digo con ánimo de queja, sino que se dio así. Ir que ir adaptándose a la "nueva normalidad". Para una persona como yo, que hace rato dejó de frecuentar una institución educativa en calidad de alumno, volver a hacerlo a esta edad te lleva a mirar las cosas desde otro lugar.

 

Por otra parte, no puedo descuidar mi laburo: Ello significa crear contenido, más material periodístico. Desde hace unos días noté una merma a nivel general que no me afectó sólo a mí, sino a otros medios. Cuesta acordar notas o entrevistas, establecer un horario para esa finalidad. Yo me dedico a eso, los lectores lo saben, no hay sorpresas al respecto. Uno informa sobre aquello que recibe del exterior, del entorno donde se vive. Pero hay que apelar a todas las fuentes y recursos. Difundir una gacetilla o un comunicado es genuinamente útil para el sector hacia el cual va dirigido. Y si el target resulta muy acotado, para los demás será intrascendente. Es así. Lo mismo pasa con la producción periodística propia, pero la diferencia está en que allí todo el esfuerzo lo pusiste vos. 

Si rinde sus frutos o no, si tiene buena llegada a los lectores... Esa valoración puede variar. Pero yo estoy satisfecho sabiendo que conseguí esa nota por mérito propio, más allá de la repercusión que pueda tener. Tiene otro valor, desde el momento en que llamé a esa persona con el objetivo de dialogar, hasta que luego de todo el proceso, aparece el texto publicado. 

Algunos quizás no lo entenderán, pero para mí es así.  Aquel que escribe notas orientadas a un espectro amplio de audiencia, debe apuntar a la diversidad. Es decir, que podés tener un portal de noticias que sea sobre política, y está perfecto, pero el éxito comercial ante un producto tan específico sólo lo he visto en aquellos de alcance nacional (como La Política Online, o Letra P). Son periodistas que tienen un gran formación, y acceso a fuentes confiables. 

Reitero: Cada uno lo analizará como le plazca, pero en cualquier actividad que hagas, vas a tener una competencia, y lo que te permite asegurarte la fidelidad de la audiencia o clientes, es -ni más ni menos-, que destacarte con tu estilo, con tus fotos, con tus videos. Después la gente hará o hablará lo que quiera, pero si te manejás con ética, no hay que rendirle cuentas a nadie. Siempre es bueno escuchar consejos de los que saben algo de marketing, porque ellos sí están en el meollo de la cuestión. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

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