18 de marzo de 2024

Hasta que el destino nos alcance

 

Nos tocó otro comienzo de semana con lluvia. La verdad es que hacía tiempo que tenía ganas de escribir algo nuevo. Pero, que sea algo “nuevo”, no significa que sea original, o con un enfoque diferente. Precisamente eso es lo que estoy tratando de evitar: No es tan simple como parece, considerando que ya llevo casi 20 años haciendo notas en este blog. Y siempre recalco que si sigo adelante, es porque me gusta y me complace.

No se puede pretender una creatividad descollante, pero sí es posible analizar lo que nos está pasando desde otra posición. Antes, yo veía las noticias nacionales sin mucha atención. La verdad es que uno busca evadirse momentáneamente, pero también tenés que saber dónde estás parado. Como periodista, y como ciudadano, tengo que informarme de los acontecimientos. Porque si vos dejás fluir la actualidad intencionalmente, ella misma te va a pasar por encima. 

Más allá de la diminuta capacidad que tenemos para revertir algo, este proceso del nuevo Gobierno implica otros cambios: En el estilo de vida, en los hábitos, en la economía de cualquier hogar. Pero ojo: Esto ha sucedido antes, con otra gente ocupando sus oficinas en la Casa Rosada. Lo que pasa es que los que están ahora, expresan su cinismo sin escrúpulos y con brutal sinceridad. No es que los otros no hayan sido infames, sino que eran más políticamente correctos. No me entra en la cabeza cómo una Ministra pueda criticar los créditos a los jubilados, con el argumento de que “se van a morir igual”. ¡Si pensás eso, por lo menos no lo digas!

Y en lugar de seguir rompiendo las b… con la retórica de los “zurditos” y el comunismo, deberían mirar hacia adentro, porque las cagadas se las están mandando todos los días, en cualquier área de la gestión que quieras mirar. Son tan inexpertos en líneas generales, que los legisladores de la oposición les están dando una paliza. Por una razón muy sencilla: Son mayoría, y hacen uso de esa demostración de fuerza para bloquear los mamotretos que envía el Ejecutivo. En el Congreso, los libertarios han tenido una derrota tras otra, y siguen sin escarmentar. 

La furia de Milei es el berrinche de un chico al que le quitan un caramelo, no pasa de ahí. La libertad "no avanza". Y los fracasos se multiplican.

Si hablamos estrictamente de economía, han logrado planchar al dólar blue y frenar la especulación. Hay que ver hasta cuándo da resultado la estrategia. La gente va vendiendo sus ahorros en dólares porque no hay pesos. No hay circulante en la calle, se profundiza la recesión, y cae el consumo. Y si tu solución, como una forma de que el mercado local baje los precios, es abrir la importación, no sé qué pensar desde la ortodoxia económica. Es otra medida que se ensayó decenas de veces, con resultados muy magros. Básicamente, porque no podés competir con gigantes como China, que tienen mano de obra barata y donde casi no hay sindicatos ni intermediarios de ese tipo.

 Acá lo que están buscando, claro está, es una reforma laboral que beneficie a los empresarios, para despedir empleados más rápidamente a un costo ínfimo. Es una vergüenza el sólo hecho de plantear un seguro de desempleo, porque en los hechos, eso quiere decir que estás aportando de tu sueldo para pagarte tu propio despido. Hay gente que todavía no lo entiende.

Los ideales que cimentaron la Revolución Francesa eran claros: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Pues bien, acá tenemos libertad, pero carecemos casi por completo, de igualdad y fraternidad. ¿Por qué? Porque pertenecemos a una sociedad fragmentada, llena de prejuicios, porque vas por la calle y pensás que si se acerca una persona con cierta vestimenta o color de piel te puede robar… En fin, todos sabemos que mayores desfalcos de la historia los han perpetrado los políticos, ladrones de guante blanco, que usan al Estado para beneficio propio. Entonces no jodamos. Por supuesto, no estoy negando que haya delincuencia o territorios copados por los narcos, pero lo que intento plantear es que aquellos que ocupan un despacho, están ensobrados con coimas, prebendas, y favores espurios. 

De todos ellos, los escasos personajes que son investigados y sometidos a juicio, no son condenados, ya sea porque cumplieron unos años de prisión domiciliaria, o porque la causa prescribió. Nos estamos viendo pronto. Punto final.

 

 

 

 

 

 

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