30 de marzo de 2009

Nueva semana con frente de tormenta

Comienza una semana extraña para mí, de transición entre marzo y abril, y en la cual probablemente se producirán numerosos cambios que definirán el resto del año. Siempre uno empieza un nuevo mes con cierta expectativa, aunque no se trate más de 30 días que a veces se nos antojan eternos y otras veces transcurren rápidamente y sin ningún efecto concreto en nuestras vidas.
Yo no estoy exento de la crisis económica imperante ni de la falta de trabajo, y creo que esto no se solucionará en un corto plazo. En el hipotético caso de que asumiera otro gobierno, aún con las mejores intenciones, llevaría años revertir todos los desaciertos que se cometieron durante esta gestión. Pero atención: no hay que culpar a la crisis, al Gobierno, o a quien sea, de tus propias frustraciones personales. Hay un contexto que te oprime y que no ayuda a que te sientas bien y puedas pensar tranquilo en tu futuro, eso es cierto, pero si nos dejamos ganar por la frustración en marzo, ¿qué queda para nosotros en el resto del año? No sólo de pan vive el hombre, dijo alguien, por eso insisto en que estos meses serán decisivos para poner a prueba nuestra capacidad de "sobrevivir" en un contexto sumamente difícil de asumir.
Hoy por la tarde, en medio de tantas miserias humanas que propalan los rayos catódicos, la pantalla de la TV me devolvió las imágenes de la primera aparición pública del gran Charly García, con un "minirrecital", en Luján, ciudad a la que debió hacer un aterrizaje forzoso y donde se encuentra bajo la sospechosa tutela de Palito Ortega (como muchos fans, dudo de que las atenciones del tucumano para con Charly las haga desinteresadamente). Con su voz castigada por los años y los excesos -o mejor dicho, por años de excesos- cantó como pudo, e hizo una digna presentación. Bien por él. Es uno de los músicos que más admiro, y estoy en desacuerdo con aquellos que sostienen que durante los '90 Charly no produjo material de calidad. El único disco que me parece desparejo y no me termina de convencer es "Say No More" (1996), pero "La hija de la lágrima" es un disco conceptual de una calidad y de un nivel sin precedentes en el rock argentino, sólo comparado con "La Biblia", de Vox Dei.

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