3 de agosto de 2009

Primer post del mes!

Hoy me desperté con un lunes soleado y de temperatura agradable (o al menos, tolerable). Agosto se presenta como un mes en el cual haré profundos cambios en mi vida y en todo lo concerniente a mi situación financiera. No pienso dar mayores detalles al respecto, sólo diré que hay hábitos que ya no quiero seguir teniendo y hay ajustes forzosos a los que debo someterme porque de lo contrario, me va a tapar el agua. Se terminó "La dolce vita". Siempre me costó ahorrar dinero, incluso cuando esa vocación de ahorro iba destinada hacia un objetivo determinado. Sin que pretenda justificarme, debo decir que no estamos atravesando por una etapa en la cual uno pueda darse pequeños gustos. La satisfacción de comprarse algo nuevo pueden ser efímera, pero el costo que hay que pagar por ellas no. Por ejemplo, salir a comer a un restaurant con unos amigos es una opción interesante para compartir un momento y retomar el contacto con los afectos, dejando de lado viejas diferencias y creando a nuestro alrededor una suerte de "burbuja atemporal" durante el lapso que dure la cena, que podríamos estimar en dos horas (trancurrido ese tiempo, se vuelve un evento tedioso). Pero resulta costoso salir a "comer afuera", y a veces uno la pasa mejor si cada uno de los comensales aporta un dinero a modo de colecta y con ello se compra la carne, el vino, y lo que sea necesario para desgustarlo en el quincho o en el patio del cual seguramente dispone algunos de los invitados. Por si todo esto fuera poco, lentamente somos testigos de una devaluación del peso, es decir, de la moneda nacional, que es víctima de la inflación y de la tendencia alcista del dólar. Los gastos fijos, aquellos que no se pueden quitar del presupuesto que uno ha planificado para el mes, también se incrementan, entonces uno se plantea qué tan fijos e inamovibles son, o si existe la posibilidad de buscar una alternativa para reducirlos. Por citar un caso, ir al gimnasio representa para muchas personas un gasto fijo, y está bien, porque es una suma de dinero abonan mensualmente y no están dispuestas a renunciar a una actividad que probablemente les libere el estrés de estar doce horas frente a un monitor, o lo que fuere. Cada uno maneja su economía lo mejor que puede, pero cuando sentís que tocás fondo, como ha sucedido en aquel nefasto 2002, lo único que te preocupa en comer y tener un lugar donde dormir. El resto pasa a ser superfluo.
Como dijo un filósofo de la calle alguna vez: "el dinero no es un problema... cuando lo tenés".

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