29 de febrero de 2016

Los viejos vicios de la política y la Policía

El hecho de que tengas plata no te hace más importante. Pero lo más frecuente es que quienes tienen dinero, sean quienes acumulan más poder: políticos, empresarios, narcotraficantes, entre otros. Un político sin plata, o sin gente que le financie la campaña, no puede llegar a Presidente. Y si resulta electo, deberá atender los compromisos de quienes apostaron económicamente para su candidatura. Por eso no es casualidad que en el gobierno de Macri haya tanta gente ligada a empresas multinacionales. Esto no es bueno ni malo, en la medida de que esos ministros o funcionarios resulten idóneos para su función. Pero en particular no lo veo correcto, porque defienden intereses corporativos. 

Otro tema que daría para desarrollar con más profundidad es cuando "pasan a disponabilidad" a los policías acusados de abuso de poder o apremios ilegales. Fíjense que rara vez se los echa de la fuerza, sino que se dispone su traslado a otra jurisdicción. Se le abre un sumario, tendrá alguna sanción menor, pero sigue. Y esa es la gente que nos debería proteger o defender de los delincuentes, que en muchos casos son más chorros que los que están entre rejas. 

Por eso pienso, teniendo en cuenta que hay una Academia de Policía en Lobos, que se debe despojar a los aspirantes y cadetes de los viejos vicios que aún persisten, como el pago de coimas o los vínculos con la droga y la prostitución. Las nuevas generaciones de uniformados tienen la oportunidad de cambiar esa mala imagen que cunde en un vasto sector de la sociedad. Formar policías probos y honestos no es tarea sencilla, y si no me creen les recomiendo ver la película Sérpico, en la cual actúa Al Pacino, donde éste empieza a recibir presiones de sus pares por negarse a los sobornos y a los negociados. Es mucho lo que se puede hacer para que la sociedad vuelva a confiar en las fuerzas de seguridad, y son los instructores quienes deben transmitir los valores humanos necesarios para poner fin a esta nefasta historia llena de tropiezos, en la cual (no podemos dejar de decirlo), también pagan justos por pecadores. Punto final.

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Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...