21 de febrero de 2018

El Moyano nuestro de cada día...

Escuchándolo hoy a Hugo Moyano, parecía que había nacido un nuevo Ubaldini, o un Lorenzo Miguel: me refiero a sus arengas a los trabajadores, a las conquistas sociales, y una serie de frases hechas que el camionero creyó que iban a pasar a la posteridad. ¿No es un poco anacrónico hablar de "gorilas" en pleno siglo XXI? Huguito, aunque no comulgo en un todo con Perón, el susodicho era un estadista, un tipo que tenía bien en claro lo que iba a hacer (en sus dos primeras presidencias), y vos sos una sanguijuela que empezaste a agitar el avispero cuando los K te cortaron el chorro. Con Néstor, el camionero se llevaba de maravillas, hasta que llegó Cristina y le empezó a recortar poder hasta dejarlo totalmente al margen. Ahora, con otro Gobierno, y muchos sindicatos que decidieron no sumarse a esta pantomima, las exigencias y reclamos de Moyano son como pedir agua en el desierto. Sólo lo acompañaron sus acólitos, los aplaudidores de siempre, y todos sabemos que los sindicalistas se enriquecen a costa de sus afiliados. Además de la demagogia elevada a la máxima potencia, de a ratos en su paupérrima oratoria, hablaba como si fuera una novia despechada.

En toda sociedad, los gremios y sindicatos deben existir para que los trabajadores se sientan representados. Ahora bien, si te descuidás te afilian compulsivamente sin tu consentimiento, como el otro "pobre muchacho" de SOEME, Balcedo, hoy caído en desgracia luego de sostener un medio de prensa en  base de la extorsión y el apriete y a un crecimiento patrimonial imposible de justificar.

Es que la vanidad puede más que el poder genuino. La ostentación, que llega a ser obscena, desligitima totalmente a estos tipos que dicen defender tus derechos. No creo que Moyano tenga apremios económicos ni mucho menos, y hasta se ha dado el lujo de ser Presidente de un club de fútbol. Más allá del alcance de la convocatoria, de cuánta gente participó de la protesta (las cifras que se manejan son entre 140.000 y 200.000), me dejó la sensación de que es uno de aquellos que intenta recuperar el poder que supo tener, sacando rédito del malhumor social y la economía en crisis, lo cual es real, pero Moyano no es precisamente el más autorizado para sacar chapa de "Robin Hood". Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...